Valentía para un drama complejo
Nadie puede negarle a Javier Fesser (Madrid, 1964) su pulso firme a la hora de filmar la controvertida Camino: sólido trabajo creativo reconocido en esta ocasión con el Goya al mejor director. Una película centrada en la tragedia de una muchacha moribunda en la flor de la vida, tratada como un drama puro y duro, donde la cámara capta de forma penetrante los momentos más intensos de dicho personaje, su misterio personal, sus ensoñaciones, las relaciones con su familia, anclada en retrógrados comportamientos religiosos, auspiciados por un sector del clero, más propio de otros tiempos -ya fenecidos- que de nuestra realidad actual.
Actualizado:Lo cierto es que Fesser acierta a veces en la fusión de ética y estética, en su armonización de disposiciones narrativas elegidas y de pronunciamientos ideológicos, en relación con todos esos personajes Conste asimismo, que la crítica y el público valoran la valentía de este director cuando brega con temas tan candentes como las complicadas relaciones familiares, las heridas de la vida, la desolación existencial y el desamparo personal. En suma, las pocas esperanzas de los seres humanos y sus muchos miedos.