tres mil años y un día

La Pepa nos confunde

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La Conmemoración del Bicentenario democrático de 2012 se ha intentado vender bien en Fitur durante esta semana. El problema estriba en que se ha vuelto a hacer por separado, aunque los más optimistas prefieran decir que se ha hecho por partida doble. De un lado, el Ayuntamiento de Cádiz –que está realizando en solitario una formidable labor de atracción de complicidades americanas—volvió a abrir su ya conocido expositor, mientras que el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 estrenaba stand en la mayor feria del turismo español.

Como la noche a Dinio, La Pepa nos confunde. Lo curioso es que Teófila Martínez, en su calidad de alcaldesa de Cádiz, está presente en el Consorcio Cádiz 2012 que preside Gaspar Zarrías Arévalo, a la sazón, consejero de la Presidencia. Este organismo, cuya gerencia corresponde a María Luisa García Juárez, reúne en su cúspide tan técnica como política a Clotilde de la Higuera, Jefa del Servicio Jurídico del Ministerio de Economía y Hacienda, a José Luis Rodríguez Álvarez Jefe del Gabinete del Secretario de Relaciones con las Cortes, a Carlos Alberdi Director General de Cooperación Cultural del Ministerio de Cultura, a José María Rodríguez Viceconsejero de Cultura de la Junta de Andalucía, a José Antonio Gómez Periñán, Delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, pero también a Francisco González Cabañas, presidente de la Diputación Provincial de Cádiz y a Manuel María Bernardo, alcalde de San Fernando que, más moderado en la proyección local de la efeméride, no ha emprendido hasta el momento la guerra por su cuenta.

Por experiencia, la alcaldesa gaditana sabe que a la Junta y al Gobierno español les va la marcha. Y que cuanta más caña les de, mejor parada sale en sus aspiraciones institucionales. Pero quizá ahora se equivoque y esa estrategia no siempre tenga por qué ser la correcta. A Cádiz no le vendría mal aliviar su imagen antipática en otras instituciones y a estas tampoco les amargaría un dulce el arriar sus recelos respecto a San Juan de Dios. Confianza mutua es la palabra, pero falta dicha materia prima.

Por el bien de Cádiz, tanto el Consorcio como el Ayuntamiento de la capital tendrían que avenirse a coordinarse porque puede dar la sensación de que unos y otros estén pensando más en las elecciones municipales de 2011 que en la efeméride del año siguiente. Lo que tendría mérito en el caso del PSOE, ya que a dos años vista todavía no ha decidido cuál va a ser su candidato en esos nuevos comicios. ¿No resulta un tanto absurdo que se peleen hasta en la marca de La Pepa 2012, por los carteles rebeldes del Instituto de la Juventud o por la simple construcción de un hotel? De momento el 2010 –que viene antes-- parece pasar desapercibido cuando no sólo supone la conmemoración del inicio de las sesiones de las cortes constituyentes en la Isla de León sino el de los primeros brotes de independencia al otro lado del Atlántico.

Leo en un periódico: «La celebración de los bicentenarios de las independencias latinoamericanas se verá seguramente empañada por las profundas divisiones internas y externas presentes este miércoles en el continente». Más o menos como las relaciones oficiales en el caso de nuestro bicentenario particular. La frase se refiere al congreso Construyendo Eurolat, que se ha celebrado en Santiago de Compostela en obediencia a la vieja relación gallega con el ultramar. Más allá de la obra faraónica, tan popular como controvertida del segundo puente, ¿qué se está haciendo aquí en esta misma línea? Premiar polémicamente a Alvaro Uribe, presidente de Colombia, o preparar desde luego la cumbre de Jefes de Estado, o, lo que no es moco de pavo, la capitalidad iberoamericana de la cultura que la ciudad ha ganado para ese año. Pero, ¿hay una hoja de ruta conjunta que evite en el futuro fiascos como el del Oratorio de San Felipe y nos aproxime más a la primera piedra del castillo de San Sebastián, siempre que haya por cierto segunda piedra y desde las alturas no cierren el grifo por aquello de la sempiterna crisis? Si el centenario de 1912 tuvo su monumento emblemático en la Plaza de España, ¿habrá algún otro esta vez? Si el 12 va a ser también un factor de atracción turística y cultural, ¿hay ya desarrollado algún plan de voluntariado, que suele ser la piedra angular de tales acontecimientos? Y si existe, ¿por qué no ha trascendido a la opinión pública y por qué los ciudadanos, en lugar de calibrar que estamos ante el paso inminente de un trienio, pensamos en una nebulosa?

Otra incógnita, al menos para los profanos, estriba en qué se está haciendo respecto a la sociedad civil. Más allá del trabajo riguroso de la Universidad y sus sucesivos cónclaves doceañistas, uno echa en falta una mayor implicación de distintos actores locales: Horeca o la Asociación de la Prensa de Cádiz, por citar dos ejemplos, ya están en el ajo, cierto y resulta bienvenida la creación de Gades MMXIII-Cádiz 2013, una sociedad mercantil, promovido por sus socios y un grupo internacional de ingenierías, cuyo objetivo primordial se centra en «la transferencia tecnológica entre los centros docentes y de investigación de Cádiz y su provincia con los de Hispanoamérica y viceversa, con el fin de actualizar los vínculos comerciales que Cádiz tuvo con América, Asia y África, pero ilustrados por las más avanzadas tecnologías y metodologías industriales y comerciales, generadoras de riqueza de distribución horizontal y sostenible». Releo los reproches que contiene este artículo de hoy y aprecio que, a lo tonto, a lo tonto, algo se mueve sin embargo. Pero creo que no debemos ser tacaños con los sueños.