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Tribuna

El Coloso como metáfora

E l miércoles, en pleno lío de reformas económicas fracasadas y crisis política añadida, el Times de Londres, la biblia ancestral del periodismo mundial, dedicaba su portada, con una enorme foto a tres columnas, al Coloso de Goya o a las dudas sobre su supuesta autoría, bajo el título ¿Obra de un gigante? No, es de un discípulo de Goya (traducción aproximada). Aparte de que no es frecuente que un asunto español, ni del continente si me apuran, acapare la atención de los ingleses, me impresionó comprobar que no estoy sola en este mundo y que hay otra gente como yo en el planeta apasionados, aun sin ser expertos, por una historia repleta de misterios, dudas, pasiones humanas, maniobras institucionales, controversia, y que se refiere a algo tan poco actual o moderno, dicho sea con retintín, como es la pintura del XIX y Goya en particular. Al interesarse por el Coloso y sus circunstancias, su atribución a Asencio Juliá, el periódico británico venía a dar una lección, me parece, de perspectiva, de elevar los ojos por encima de lo inmediato, tan abrumador, y fijarse en La Historia con todas las mayúsculas, aunque sin dejar por ello de atender la rabiosa actualidad, que tampoco es preciso volverse demasiado freak y hay sitio para todo, pues, como lo hay en el interés del lector, quien quiera que sea éste.

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Nadie entiende por qué el Prado ha destapado la caja de los truenos sin presentar un estudio científico detallado, sin pruebas excepcionales, con interpretaciones y argumentos que provocan gran controversia, entre ellos de los máximos especialistas, Bozal y Glendinning, enfrentados con Manuela Mena, la jefa de Goya del Prado, muy cuestionada entre los profesionales, que a su vez no se ha cortado en denigrar a los respetados colegas y que además ha abierto la veda de las dudas sobre la autoría de otras obras de Goya. Parece que hay turbias cuestiones políticas de fondo, intentos de hacer ver que el Prado es la única voz autorizada en el mundo sobre Goya, aunque para ello tenga que darse un tiro en un pie, como me dice un amigo.

Más allá de la cuestión académica, relevante, y de las bajas pasiones, tan humanas, es inquietante comprobar lo inciertas que son nuestras certezas, cuán condicionada está nuestra percepción de la realidad por lugares comunes establecidos por la autoridad, sea la que sea, que nos dice qué vale o qué no o qué hay que pensar de cada cosa. El cuadro que era hasta hace poco una excepcional muestra del talento de un artista singular se convierte de pronto en un catálogo de errores e imperfecciones. Si se lee el informe de Mena no se comprende que haya pasado tanto tiempo colgado en las salas de la pinacoteca como si fuera un goya auténtico.

Lo mejor, en medio de todo, no es sólo que la propia Mena -¿curándose en salud?- diga que la hipótesis de Juliá es condicional, que el estudio tenga un final abierto, que las iniciales A.S. halladas en el lienzo son inciertas, lo más curioso es que los propios críticos de arte han pedido que la obra no se descatalogue y se mande al olvido de los gigantescos almacenes del Museo, porque dentro de cincuenta años, o menos al ritmo que vamos, alguien vendrá a descubrir algo nuevo, de nuevo. Quizá, sin ir más lejos, que en realidad lo pintó Goya.

Nada es lo que parece, pues. La realidad lo demuestra cada día, a pesar del parloteo de los portavoces. Así, el runrún sobre asuntos como el navajeo en el congreso local del PSOE de Chiclana, donde la pax vendida por el aparato no parece ser tal; o los ejercicios espirituales a los que Luis Pizarro sometió el viernes a los socialistas de Cádiz-Cádiz, esos sí que necesitados de Verdad y Método, en busca de una disciplina que les lleve por la senda de la salvación; en la diatriba acerca de la Aduana y sus razones, o tantos otros temas, siempre alguien quiere ocultar claves, restar o añadir importancia, dictar lo que entra o no en agenda, retorcer argumentos. De vez en cuando, parece que se descubre el pastel. Pero ya vendrá otro a contradecirlo, y no siempre con las cartas boca arriba .

lgonzalez@lavozdigital.es