Satisfacción entre Gobierno y sectores progresistas, mientras el Foro de la Familia anuncia que recurrirá
El acuerdo del Tribunal Supremo causó satisfacción en el Ministerio de Educación, sobre todo en su titular, Mercedes Cabrera, que se felicitó por el fin de una batalla política. También en las asociaciones de padres progresistas. No así en la plataforma que respalda la objeción y en las organizaciones agrupadas en el Foro de la Familia, que anunciaron recursos.
Actualizado: GuardarCabrera expresó su «satisfacción personal» porque el supremo ponga fin a los intentos de hacer de esta asignatura y de los centros educativos «un campo de batalla político». Afirmó que «deja claro que ningún gobierno ni administración puede incumplir las leyes». El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, consideró que la decisión supone «una gran derrota política e ideológica para el PP» y confió en que los populares «no sólo respeten la ley, sino que la cumplan en las comunidades donde gobiernan».
«En la lucha»
El presidente del PP-A, Javier Arenas, no tardó en valorar la resolución y afirmó que es una «barbaridad» imponer una asignatura si no hay consenso de la comunidad educativa. Avanzó que analizarán los fundamentos que han motivado la decisión para ver si el fallo es «recurrible». El abogado Carlos Seco, que ha ganado en Andalucía varios casos a favor de la objeción a la asignatura pide consensuar un nuevo contenido para la misma. A su juicio, los dos días y medio que el Supremo ha tardado en resolver evidencian «la división social» en torno al asunto. Así, lo refleja la cordobesa María Emilia García, madre de cinco hijos objetores. «Seguiré en la lucha, primero en el Tribunal Constitucional hasta llegar al de Estrasburgo, si hiciera falta», asegura.
No estará sola en la lucha. El Foro de la Familia aseguró que empezarán a preparar el recurso ante el Constitucional «convencidos de que nuestra demanda tenía fundamento jurídico».
Por su parte, la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) ha asegurado que si el Supremo hubiera dejado objetar contra la asignatura, «hubiera abierto la puerta hacerlo contra otras, lo que hubiera complicado el sistema educativo.