El mal de las pedanías jerezanas
CALLE PORVERA El Ayuntamiento de Estella del Marqués, una pedanía que cuenta en la actualidad con un censo de aproximadamente 1.500 personas, manejaba hasta ahora un presupuesto anual de algo más de medio millón de euros. Es decir, unos 350 euros por habitante. 244.000 provenían de la aportación que realizaba el Ayuntamiento matriz de Jerez por las competencias transferidas. Los alrededor de 300.000 restantes los obtenía el Consistorio pedáneo por ingresos propios, básicamente subvenciones de administraciones.
Actualizado: GuardarPero Estella del Marqués está de enhorabuena. Acaba de firmar un nuevo convenio con el Ayuntamiento de Jerez, el cual incrementa su aportación hasta los 455.000 euros anuales, lo que supone un 56% más que antes. Se suponía, por tanto, que debían estar contentos en la pedanía. Sin embargo, no es así. Su alcalde, Blas Moreno, dice que «lo único que han hecho ahora es reconocer que antes estaban equivocados y lo hacían mal».
Es el mal generalizado de las pedanías, que se niegan a vender sus voluntades a cambio de dinero y consideran en su práctica totalidad que no reciben el trato que merecen por parte del Consistorio jerezano y se sienten discriminadas. Que no tienen por qué sufrir como sufren para poder acometer proyectos y mejoras en unos núcleos que basta visitarlos una vez para darse cuenta de que parecen anclados en un pasado lejano en lo que a infraestructuras se refiere.
Se entiende, por tanto, que no acepten imposiciones, como la denunciada ayer por Blas Moreno. No consiente que el Ayuntamiento de Jerez incluya en el plan estatal de ayudas un proyecto que ellos no habían pedido, y no otros que llevan ya tiempo reclamando. Le sobra la razón.