DERROTADO. El calor le jugó una mala pasada a Djokovic. / EFE
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Un golpe de calor obliga a retirarse a Novak Djokovic

Rafa Nadal y Fernando Verdasco se miden hoy a dos jugadores franceses

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El cemento azul del Rod Laver Arena se convirtió ayer en lo más parecido al infierno para Novak Djokovic. La ola de calor que golpea durante estos días a Australia dejó sin resuello al actual campeón del torneo, que tuvo que decir adiós antes de tiempo en su partido de cuartos frente a Andy Roddick. «Mi mente quería continuar, pero era imposible», aseguró después el serbio.

Las condiciones en las que se está jugando el primer Grand Slam del año son extremas. Las temperaturas durante el día alcanzan los 40 grados en el Melbourne Park y las autoridades han advertido que los próximos días será incluso peor. Fernando Verdasco ya lo había advertido hace unos días: «Lo único que se puede hacer es meterse en una nevera y quedarse dos días allí». Un recurso que Djokovic intentó poner este martes en práctica sin éxito. Su imagen tras el primer set, cubierto con toallas y bolsas de hielo, quedará para la historia del torneo australiano.

Con la mirada perdida, el rostro desencajado y la piel enrojecida. Todo un poema. No estaba para bromas el jocoso serbio, que ahora deberá ver las semifinales desde su casa. La primera manga cayó de su lado tras el tie break, pero ahí comenzaron sus problemas. Sus desplazamientos se volvieron lentos y su saque, pesado. Parecía un zombi sobre la pista, apurando cada descanso como si fuera el último, pero disimulando para que Roddick no se diera cuenta. La primera llamada al médico alertó al americano, que no dejó escapar la oportunidad de meterse en semifinales de un grande dos años después.

Ganó el segundo set por 6-4 y apretó en el tercero hasta el 6-2. Para entonces, cada punto era ya un suplicio para Djokovic, que aguantaba a duras penas sobre la pista. La rotura de su servicio en el tercer juego de la última manga fue la señal definitiva. «Abandono», le dijo al árbitro antes de dirigirse a Roddick. No podía seguir. El sol australiano le había fundido.

Federer, un vendaval

Ya en la jornada nocturna, le tocó el turno a Federer. Con una temperatura mucho más suave, el suizo no tuvo piedad de Del Potro, que se quedó helado ante el nivel exhibido por el de Basilea. Federer venía de remontar dos sets ante Berdych en un partido durísimo y frente a Del Potro sacó a relucir todo su repertorio y resolvió el partido en sólo una hora y veinte minutos (6-3, 6-0 y 6-0).

«Le quería matar», aseguró el argentino al recordar el momento en el que Federer se acercó a la red y le dijo: «Perdona, siempre juego muy bien cuando me enfrento contra ti». Ahora le tocará medirse con Roddick, con el que sólo ha perdido dos veces, aunque la última ocasión que se vieron las caras, el triunfo fue para el de Nebraska.

La Rod Laver Arenase transformará hoy en sede de una eliminatoria de Copa Davis entre España y Francia con dos duelos entre sus representantes, Rafael Nadal contra Gilles Simon y Fernando Verdasco ante Jo-Wilfried Tsonga en cuartos de final.

Nadal ha ganado en dos de tres ocasiones a Simon, pero no se confía, lo mismo que Verdasco