NOVELISTA. El autor recibió dos premios Pulitzer . / LA VOZ
Cultura

Muere John Updike, el autor que explotó la obsesión por el sexo y el dinero

Firmó la serie 'Conejo' y diseccionó las dudas de EEUU

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Cuando le preguntaron si el gran tema de su obra literaria era el divorcio entre la clase media estadounidense, John Updike respondió que sí, y añadió que de vez en cuando escribía de otra cosa porque él no había agotado el tema, sino que el tema le había agotado a él. Irónico e ingenioso, con un estilo muy personal, creador de la serie Conejo, John Updike mostraba sus juegos verbales y conceptuales a la menor ocasión, y se vanagloriaba de haber acuñado frases como ésta: «Con el sexo y el dinero, nunca es suficiente».

Updike murió ayer, a los 76 años de un cáncer de pulmón en un pueblo de Massachussets, una zona a la que se trasladó desde Nueva York hacía varias décadas por las siguientes razones: «Parking gratis, escuela pública para sus hijos, una playa para broncearse y una iglesia a la que ir sin que parezca una actividad muy extraña».

Éxito precoz

En su carrera como escritor obtuvo el éxito muy pronto, sin haber cumplido los treinta años, y tocó prácticamente todos los palos: la poesía, el ensayo, la autobiografía y, por supuesto, la novela, el género que le hizo mundialmente famoso y respetado, a pesar de que nunca le concedieran el Nobel. Updike, harto de ser un eterno candidato al premio, decidió concedérselo a uno de sus personajes. Henry Bech, un vanidoso novelista que protagonizó Bech en la bahía, obra publicada en 1998.

Nacido en 1932 en Pensilvania, el autor fue considerado como una especie de portavoz de la generación que creció con la Depresión a cuestas y que al acabar la Segunda Guerra Mundial empezó a acumular riqueza y bienestar como jamás se había visto.

Su ámbito literario se circunscribió a esas zonas residenciales de las afueras de las ciudades, donde la felicidad siempre se ve entorpecida por los irreconciliables deseos de la pareja. Precisamente su libro Parejas vendió millones de ejemplares en todo el mundo, lo mismo que Las brujas de Eastwick muy conocido gracias a su adaptación cinematográfica.

Trayectoria

Pero Updike no paró ahí. Trató sobre los excesos del arte contemporáneo en Busca mi rostro y abordó en Terrorista -su última novela, publicada en 2006- la figura de un fanático musulmán de 18 años residente en Nueva Jersey. No obstante, la serie de cuatro novelas sobre Harry Conejo Angstrom, una estrella del deporte en sus años de instituto, fue la que más popularidad le granjeó. En elle caracteriza al estadounidense como una persona que mitifica la juventud, la libertad y el sexo, y que tiene una natural tendencia a aprender y a improvisar.

Educado en Harvard y Oxford, conoció al escritor E. B. White, que le ofreció colaborar en la revista New Yorker, publicación de obligada lectura entre la intelectualidad neoyoquina y en la que escribió críticas literarias. En 1957 se marchó de Nueva York y a finales de los cincuenta ya se perfilaba como una de las grandes promesas literarias de Estados Unidos.

Los desafectos a su obra le tacharon de misógino, racista y propenso a justificar las atrocidades del establishment. Tal era esa percepción que Norman Mailer llegó a decir que sólo gustaba a aquellos lectores que no tenían ni idea de qué significa escribir bien.

Updike tuvo millones de asiduos a sus novelas, tantos que es de suponer que alguno supiera en qué consiste la escritura. Y no le faltó sentido del humor, a veces salvaje. En Conejo es rico, uno de sus personajes dice: «Lo mejor de los muertos es que dejan espacio libre».