VUELTA DE HOJA

La receta

Así como la medicina, que es lo que más avanza excepto algunas enfermedades, ha ideado más remedios que dolencias, existen más políticos que tienen la receta contra la crisis que farmacias ideológicas. Cada uno tiene la suya y no importa que su fórmula magistral discrepe con las de sus maestros o que plagie a la que preconizan sus rivales. En general, todos están de acuerdo en dos cosas: en que estamos obligados a ser austeros y en que esa austeridad debe empezar por los pobres, que al estar habituados a ella les será más soportable.

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En vista de eso, el señor Rajoy, gran encajador en términos boxísticos, dice «mantendré unido al PP pase lo que pase». Pero no explica si unido como nunca ha estado, o sea, como un ejemplo de dispersión, o como está en este momento. Ahora no saben dónde acogerse muchos insomnes guerreros de la intriga porque, como la guerra es sin cuartel, los han cerrado todos, incluso los de invierno. Quizá la receta más oportuna sea la que ha propuesto el presidente del Círculo de Empresarios, don Claudio Boada: «Lo que hay que hacer para salir de la crisis es justo lo contrario de lo que propone el ministro Sebastián». El hombre que se dio a conocer al gran público por sus cualidades de chivato en un programa de la tele ha resucitado la consigna de «consuma productos españoles», que tanto éxito tuvo en tiempos donde los españoles no podíamos consumir ninguna clase de productos.

Mientras, nos distraen con historias para no dormir, como esa de que el equipo de espías habitual requisó un dossier contra Granados. Lo que nos hace falta que nos cuenten son historias para comer. Tienen garantizada la atención de todos. En especial la de los miembros de las 800.00 familias en paro. Son todo oídos. Y todo bocas.