Aprendiendo a relajarse

Miguel Ángel Gavilán está pendiente de que no falte nada. Ha llegado la hora del curso de relajación y de mínimos conocimientos en materia de masajes. Junto a él se encuentra otro de los socios de Sakura Natural, José Luis López-Cepero. «Se trata de ofrecer a nuestros clientes un mínimo de conocimientos en materia de masajes y relajación. De esta forma, quien sienta la necesidad de destensionar un poco la espalda puedan hacerlo sin tener que visitarnos», comenta Gavilán.

Quizá pueda parecer poco rentable, pero estos profesionales se han empeñado en preparar a aquellas personas que visitan sus instalaciones en la calle Estocolmo, junto a la avenida de Arcos. "Sí, podría parecer que echamos tierra sobre nuestro tejado, pero pensamos que ellos mismos, con determinadas molestias, pueden autoayudarse. ¿Por qué no lo vamos a hacer?», se pregunta de Miguel Ángel. Por supuesto que este tipo de terapia de choque está destinado a pequeños masajes. Nada de creerse fisioterapeuta o quiromasajista. Se trata de los primeros pasos, tan importantes para destensionar una espalda con demasiada carga por demasiadas horas al volante, pongamos por caso.

Buen servicio

Sakura mantiene servicios de osteopatía, fisioterapia y quiromasaje. Es una empresa empeñada en ofrecer un excelente servicio a quienes pueden tener problemas. «Estamos asociados a mutuas, y también ofrecemos servicios relacionado con la medicina del trabajo. Desde una rehabilitación hasta unos masajes por el simple hecho de querer sentirse mejor», afirma Gavilán.

Los cursos de relajación y masajes, en sus primeros pasos, está destinado a parejas. También se podría decir que estimula la comunicación entre dos personas un masaje recíproco. «Queremos repetir este tipo de experiencias. Nos parece muy positivo y, sobre todo, también un ahorro para nuestros clientes, que de esta forma, con una visita a nuestro gimnasio casa quince días, se pueden encuentrar estupendamente. Eso sí, su pareja tiene los mínimos conocimientos que en estos cursos impartimos», concluye Miguel Ángel Gavilán.