CALLE PORVERA

Ánimo, chicos

Se nos están desmontando los palos del sombrajo». Esta expresión popular y jerezanita sirve hoy más que bien para describir lo que está ocurriendo no sólo en la ciudad, sino en toda la provincia. Ayer compartí un rato con los trabajadores de Qualytel, empresa que llegó a Jerez hace casi cuatro años, cargada de esperanza, de puestos de trabajo para uno de los sectores que más sufre el desempleo -la juventud- y de aires de modernidad. Entonces había muchos que no sabían qué era eso del telemarketing pero sonaba a negocio y a futuro.

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Ese futuro parece estar más que nunca en la cuerda floja. De una tacada, doscientos empleados se van a quedar en la calle sin que las subvenciones públicas que ha recibido la empresa hayan servido para aguantar el tirón. Dicen los trabajadores que entre los despedidos hay matrimonios enteros, padres de familia con hijos pequeños e hipotecas, empleados que llevaban trabajando en esta empresa desde que se instalara en Jerez. También habrá estudiantes que buscaban pagarse la carrera y licenciados que intentan mantenerse a flote mientras no salen las ansiadas oposiciones o no le llaman del puesto soñado.

Lo peor para este grupo -en el que hay muchos jóvenes- no es solamente que se hayan quedado sin empleo sino el momento en el que les ha fallado su empresa. El miedo y la incertidumbre se ha apoderado de todos los sectores, que están esperando a ver qué pasa sin querer arriesgar lo más mínimo para dar nitidez a ese horizonte cada vez más desdibujado.

Lo único con lo que puedo intentar consolar a estos doscientos trabajadores es con ese otro dicho de «No hay mal que cien años dure». ¿Mucho ánimo, chicos!