ANDALUCÍA

El lío del Montepío

PSOE y PP buscan poner fin a la discusión sobre la sede de la 'gran caja'

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Las dos formaciones políticas mayoritarias en Andalucía quieren poner freno al debate sobre dónde echará raíces la sede central de la futura gran caja de ahorros de nuestra Comunidad. Un mismo objetivo, aunque con argumentos dispares.

Los socialistas abogan, primero, por cimentar el proyecto (que según el portavoz del Gobierno andaluz, Enrique Cervera, decir que «está en ciernes es decir mucho») para que este herramienta financiera sea una realidad. Los populares, por contra, quieren evitarlo porque, sencillamente, no comparten la visión de Manuel Chaves de iniciar un proceso de fusión entre Unicaja y Cajasol. Una operación que, en cualquier caso, tildan de política y no de financiera.

Hasta aquí, todo correcto. Es decir, que este cruce de argumentos forma parte del juego político cotidiano en nuestra región. Pero existe una cuestión a tener en cuenta: ¿Quién ha comenzado esta controversia? Pues, curiosamente, los propios dirigentes socialistas y populares de Sevilla y Málaga. Este asunto tiene el peculiar mérito de haber propiciado dos resoluciones radicalmente opuestas en las diputaciones sevillana y malagueña. Ambas administraciones provinciales han arrimado el ascua a su sardina, vía resolución unánime.

Desde el pasado 22 de diciembre, fecha en la que se prendió la mecha de es ta disputa en Sevilla, el cruce de posicionamientos entre los hermanos políticos no ha cesado. Nadie quiere dar su brazo a torcer, aún cuando no existe ningún brazo.

Mientras, los responsables de Unicaja y Cajasol intentan poner mesura a una porfía localista que ni PSOE-A ni PP-A han sabido solucionar. Es más, cualquier intervención contundente provocaría importantes daños para unos, y beneficios colaterales para otros.

Llamamientos

Luis Pizarro y Antonio Sanz, vicepresidente del PSOE-A y secretario general del PP-A, respectivamente, reiteraron ayer mismo (por separado) sus planteamientos.

Pizarro reclamó a los suyos «sentido común y lógica» a este respecto, a la vez que dejó claro que no es el momento de debatir sobre el asunto de la sede, pues «lo importante es el proyecto». Habló de plazos. El primero, la renovación de los cargos en Cajasol (tarea que compromete a socialistas y populares). «Luego serán los órganos de las entidades financieras las que se encarguen de decidir sobre la fusión o no». Lo cierto es que Manuel Chaves insistió, la pasada semana, que esta fusión se debe dar «más pronto que tarde».

Sanz, por su parte, vino a decir ayer que unos y otros están haciendo un esfuerzo en vano, ya que actualmente no existe «ninguna garantía» de una fusión que, a su juicio, no obedece a una cuestión financiera, sino a una estrategia partidista de Chaves.