'Espías' en la Casa Pemán
María Cañas y Juan Carlos Martínez exponen en la sala los trabajos de videoarte y fotografía finalistas del Certamen de Artes Plásticas de Cajasol
Actualizado:María Cañas es una «caníbal audiovisual, mitómana, peliculera, cibergarrula, buñuelesca, zensualista, apocalíptica, archivera» que ha hallado en el videoarte el mejor vehículo para narrar «tantas y tantas historias que le remueven las tripas». Juan Carlos Martínez se considera un voyeur, un explorador del erotismo en su vertiente más cotidiana, el buscador de «la delgada línea que hay entre lo privado y lo público, lo moral o lo inmoral, lo aceptado o lo prohibido». El objetivo de su cámara es el filtro por el que transita su «posicionamiento» en el mundo. Los dos artistas, ella de Sevilla, él natural de Campanario (Badajoz), exponen estos días en la Casa Pemán los trabajos finalistas del XLIV Certamen de Artes Plásticas que patrocina la Obra Social de Cajasol.
Cañas presenta tres proyecciones, Kiss the murder, Kiss the fire y El amor es el demonio, de las que se desprenden un concepto del amor nihilista y escéptico, y que supone, además un homenaje a la historia del cine y al Barroco, las principales fuentes de las que bebe la creadora hispalense. La conjunción de las piezas es para Cañas un aquelarre, un «exorcismo de los demonios amorosos». La artista dirige www.animalario.tv, un lugar dedicado al «reciclaje, apropiacionismo y experimentación artística»; así como Animalario TV Producciones, una plataforma de creación en variados campos: videocreaciones, videoclips, instalaciones, fotomontajes, televisiones online, proyectos en internet, videopreformances
Con 36 años, la sevillana ha expuesto, entre otros, en el Instituto Cervantes de Dublín, en la Universidad de Lincoln o en el Festival de Cine de Gijón. La autora, que parafrasea a Bukowski para hablar de su pasión, -«Cuando todo se iba al carajo, siempre estaba la poesía para salvarme el culo»-, ha empleado las referencias de películas como El coloso en llamas o La Semilla del diablo para la composición del trabajo galardonado en 2007 por Cajasol. Para ello Cañas utiliza el audiovisual, entendido como un espacio ilimitado dónde experimentar, cuestionar y transgredir el lenguaje, el dispositivo, la distribución y los medios.
Colección hedonista
La colección que Juan Carlos Martínez exhibe en la Casa Pemán se titula Fast food. Se trata de una narración no lineal, compuesta por nueve fotografías relacionadas con la idea del viaje en la que el autor expone la idea de la búsqueda permanente del deleite de la mirada. «Es una visión hedonista de la vida, de esta época de consumismo rápido, pero sin poso, una época mucho más materialista que las anteriores», explica el pacense.
Al igual que Cañas, el creador empezó su trayectoria artística en el mundo de la pintura, pero la aparcó para dedicarse a la fotografía conceptual. «Son técnicas más instantáneas, nos consideramos observadores de cosas que ya existen, pero siempre presentamos un discurso tamizado por nuestra percepción». Martínez, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, ha recibido numerosos galardones y becas a lo largo de su corta pero intensa trayectoria artística: Primer Premio del IX Premio ABC de Pintura y Fotografía, ayuda de producción Iniciarte de la Junta de Andalucía 2007, Beca del Gobierno de México Centro de la Imagen Conaculta;Beca Generación 2007Subfilum Spermopsida, primer Premio del VIII Premio Joven de Artes Plásticas de la UCM. Museo de América. Madrid o el Premio Audiovisual Injuve Secretos & Mentiras.
En Fast Food, se recogen algunos de los temas más recurrentes de la obra del artista de Badajoz, tratados bajo el prisma de la felicidad. «Al igual que hay artistas que trabajan con asuntos trágicos o dolorosos, yo intento buscar la placidez en lo que me rodeo, y por eso invento, cuestiono, reflexiono a partir de la felicidad de los demás, el deseo podría ser el motor de mi trabajo» subraya.
Con su colección, Martínez emprede un viaje sensorial que se detiene abruptamente en cada una de sus nueve etapas: un estación de autobuses, un hotel, una charca, un restaurante de comida rápida... «El disfrute de ver aquello que normalmente no puede ser visto desencadena el interés de lo prohibido», sentencia el autor. Sin tabúes en la Casa Pemán, hasta el próximo 1 de febrero.