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Atentos a su función social
Cuidados entiende la calidad como única forma de trabajar tras conocer todos los resquicios del sector
Actualizado: GuardarToda empresa cumple una función social, crea empleo y riqueza, que se distribuye mediante el consumo que genera otras riquezas en otros ámbitos y el sostenimiento de otros puestos de trabajo que, a su vez, hacen lo mismo. Sin embargo, hay compañías, como Cuidados, que hacen de la función social su objeto de negocio. Las personas dependientes necesitan atenciones y ahí es donde presta sus servicios la firma que han puesto en marcha José Manuel Astorga e Ismael Gómez, dos jóvenes gaditanos de 30 y 28 años.
«Esto es un negocio, pero no hay que perder de vista el punto social y la función que cumplimos», coinciden en apuntar ambos. José Manuel tiene un claro espíritu emprendedor, esta no es la primera empresa que pone en marcha. Llegó a montar un cibercafé antes de iniciar la aventura de Cuidados. Los dos tienen un largo recorrido en el sector de la ayuda a domicilio. «Ismael ha trabajado en todas las firmas del ramo de Cádiz y yo, en todas menos una», señala José Manuel para dejar patente que sabían bien el firme que pisaban antes de comenzar a recorrer el viaje sin fin -con sus satisfacciones y preocupaciones- que es una empresa.
Comodidad
«Sabemos cómo funciona este servicio y cuáles eran los fallos que cometía la competencia y buscamos fórmulas para no cometer los mismos errores», explica Ismael. Uno de los ejemplos que ponen al respecto es que cuando uno de sus empleados acude a un domicilio que no ha visitado hasta ese momento, ellos le acompañan para presentárselo al usuario; es una forma de romper el hielo para imprimir calidad en el servicio que prestan, el cuidador se siente más cómodo al conocer de antemano las necesidades de la persona que va a atender y el usuario se siente más cómodo ante alguien que rápidamente ha dejado de ser un completo desconocido.
Ambos señalan satisfechos que otra de las características de su firma es que «el servicio no se queda nunca sin hacer» con ellos. «Nosotros también trabajamos, no nos limitamos a coordinar desde la oficina, cada día nos remangamos como el resto de la plantilla», explican. Ismael añade: «Yo me levanto cada día a las seis de la mañana para realizar un servicio a las siete que nadie quiere hacer por lo temprano que es».
La situación económica actual no parece hacerles demasiada mella. «Cada mes nos contratan una media de 30 servicios nuevos», apunta José Manuel. Y cuentan con una cartera de 70 clientes fijos. «Desde la entrada en vigor de la Ley de Dependencia hemos aumentado mucho el trabajo», reconocen. Ya llevan nueve años en activo, quieren continuar su crecimiento y aseguran que una de las mejores publicidades es el boca a boca, el trabajo bien hecho.
Han visto de todo. «Nos encontramos con gente que lleva años sin poder salir de casa por que están impedidos y en su vivienda no hay ascensor», explican. Han vivido escenas muy gratificantes «y otras dolorosas por familiares de usuarios que no quieren saber nada del enfermo y se desentienden». Adaptan sus tarifas a las capacidades económicas de sus clientes y sueñan con levantar de la nada un centro de día para mayores.
jlopez@lavozdigital.es