La gran ciudad
E l incremento de los transportes públicos junto con el desarrollo y mejora de la red viaria en el entorno de la Bahía ha fortalecido entre sus habitantes la sensación de pertenencia a una organización territorial, más virtual que real, superior a la del municipio. Esa sensación no es nueva; se percibe por los ciudadanos de la comarca desde hace muchos años y responde a unos deseos y aspiraciones que no llegan a materializarse. En el mejor de los casos se traducen en formas incipientes de colaboración entre las distintas Administraciones que no ilusiona a la ciudadanía. Es curioso que esa conciencia colectiva de Bahía prospere precisamente en un territorio que no se encuentra afectado por conturbaciones que son, por otro parte, tan frecuentes en muchas zonas geográficas. Sería lo más lógico. Aquí ocurre, por fortuna, todo lo contrario. Como recordé en otra ocasión, la Bahía ha sido definida, acertada y poéticamente como una constelación de municipios. En esa constelación, muchos ciudadanos tienen su residencia en un municipio, trabajan en otro y disfrutan de sus ratos de ocio en un tercero. Todo está al alcance de la mano y lo estará aún más cuando termine la construcción del segundo puente y las líneas de tranvía previstas entren en funcionamiento.
Actualizado: GuardarEl concepto Bahía, más allá de lo que es un mero accidente geográfico, va calando cada vez más hondo y con más intensidad en la población que en la mentalidad de los responsables públicos. La unión hace la fuerza y es por eso que más de uno sueña con una ciudad que podría llamarse Bahía de Cádiz, que tuviera en el conjunto del Estado el mismo o similar peso especifico que otras grandes poblaciones; por ejemplo Valencia, Zaragoza, Sevilla, Bilbao o Málaga. Por ahora un sueño, una utopía.
En 1990 se constituyó en El Puerto de Santa María la Mancomunidad Bahía de Cádiz. Fue un primer paso hacía una mayor integración que levantó numerosas expectativas. Los localismos, la insolidaridad, el egocentrismo de algunos, etc., impiden el desarrollo pleno de sus Estatutos. Han transcurrido casi veinte años desde entonces y todavía quedan muchos servicios por mancomunar.
Mientras se persigue la utopía, bueno sería que los gobernantes se implicaran a fondo en el desarrollo pleno del área metropolitana de la Bahía de Cádiz. Los ciudadanos y el sentido común demandan mejores servicios al menor coste posible.
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