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INSEGURIDAD. Dmitri Murátov en una manifestación contra el asesinato de periodistas. / AFP.
DMITRI MURÁTOV DIRECTOR DEL SEMANARIO 'NOVAYA GAZETA'

«En Rusia impera el terror»

Cuatro periodistas de la revista han sido asesinados, el último el lunes, entre ellos Anna Politkóvskaya

RAFAEL M. MAÑUECO
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Dmitri Murátov es director del bisemanario ruso Nóvaya Gazeta desde el momento de su fundación. La publicación detenta el trágico récord de ser la que más periodistas asesinados ha tenido que lamentar en quince años de existencia. Anna Politkóvskaya, tiroteada en el ascensor de su vivienda en octubre de 2006, y Anastasía Babúrova, muerta también de un balazo en la cabeza el lunes, son dos de ellos.

-Sí, somos los que hemos sufrido más muertes, cuatro en total en los últimos años.

-Politkóvskaya denunció en sus crónicas las atrocidades cometidas en Chechenia, ¿de qué escribía Babúrova?

-Anastasía escribía sobre la actividad de las organizaciones ultras, desde fascistas y ultranacionalistas hasta cabezas rapadas. Su última fechoría tuvo lugar el viernes en Moscú: asesinaron a un estudiante chino.

-El Gobierno ruso sostiene que Babúrova murió casualmente, al encontrarse en compañía del abogado Stanislav Markélov, que, según ellos, era el verdadero objetivo del pistolero.

-Al igual que Markélov, ella también recibió un disparo en la cabeza y por detrás. Su asesinato fue completamente intencionado.

-Los otros dos reporteros de Nóvaya Gazeta aniquilados son Igor Dómnikov y Yuri Shekochijin, háblenos de ellos.

-Igor fue apaleado hasta la muerte con un martillo en el portal de su casa. La paliza la encargó Serguéi Dorovski, vicegobernador de la región de Lípetsk, quien, por cierto, está en libertad. Dómnikov era un brillante reportero dedicado a desenmascarar asuntos de corrupción. En cuanto a Shekochijin, fue adjunto mío y diputado. También investigaba tramas corruptas como el escándalo del contrabando de muebles para los salones Tri Kitá (Las tres ballenas), que salpicó a altos responsables de las estructuras de seguridad y orden público.

Sin abogado

-¿Qué relación tenía Markélov con ustedes?

-Era el abogado de Nóvaya Gazeta desde 2002. Defendió nuestro rotativo cuando las fuerzas especiales de la Policía rusa en Grozni, la capital de Chechenia, nos denunciaron por los artículos escritos por Politkóvskaya sobre las torturas, asesinatos. Ahora estamos sin abogado.

--¿Son ustedes objetos de amenazas con frecuencia?

-Sí, de forma casi permanente. Hemos logrado que uno de nuestros empleados obtenga protección de las fuerzas de seguridad, pero es completamente insuficiente.

-¿Se pueden relacionar todos los asesinatos en su publicación con el del ex espía Alexánder Litvinenko?

-No hay pruebas que vinculen todos estos casos, pero sí existe una relación entre ciertos grupos dentro de las fuerzas de seguridad y otros estamentos del Estado con las organizaciones nacionalistas de extrema derecha.

--¿Cómo pueden ustedes trabajar así?

-Mire, yo soy partidario de cerrar nuestra publicación y le voy a decir por qué. En cuanto tocas a los servicios secretos, el Ejército, la Policía, la corrupción, las constructoras de viviendas, el tema del gas, las organizaciones fascistas o los sobornos a los jueces te empiezan a suceder desgracias, incluyendo los asesinatos que ya he descrito. Para que las cosas vayan bien tienes que dedicarte al glamour, las historias rosas, el mundo del espectáculo y la previsión del tiempo. Pero no cerramos el periódico por que la mayoría de los redactores están en contra de ello.

-¿Qué piensa el dueño de Nóvaya Gazeta, el magnate Alexander Lébedev?

-Está indignado y, aunque sus puntos de vista no coinciden siempre con los nuestros, es completamente solidario con la redacción. Considera que en Rusia vuelve a imperar el terror contra la prensa, los abogados y las instituciones sociales en general. Cree necesario que pospongamos la publicación de los materiales más comprometidos mientras no resolvamos el problema de la seguridad de nuestros periodistas.

-¿Lébedev propone obtener licencia de armas para líos reporteros?

-Efectivamente. Hemos cursado ya la correspondiente solicitud al Ministerio del Interior para que, al menos los periodistas que investigan los asuntos más peligrosos, puedan portar armas.

-¿Sabremos quién ordenó matar a Politkóvskaya?

-Prácticamente ningún caso de asesinato de periodistas se ha esclarecido. Los que están ahora en el banquillo están implicados en el crimen, pero no está ni el ejecutor ni quienes lo encargaron.