El ciclón deja ocho muertos más a su paso
Tres personas perecen en Galicia, una en Alicante, otra en Burgos y tres en Cataluña por culpa del vendaval
Actualizado: GuardarSiete vidas más se cobró el implacable temporal que barrió media España en la madrugada y la mañana de ayer, además de la de los cuatro menores que murieron en la tragedia de Sant Boi. Se cebó con Galicia, el País Vasco y Cataluña, pero también afectó a otras áreas de la costa del Mediterráneo. Las rachas de viento rozaron los 200 kilómetros por hora y las olas llegaron a superar los 20 metros en puntos del litoral cantábrico donde se mostró como ciclón. Un guardia civil, un marinero y un anciano perdieron la vida en Galicia a causa del temporal. También en Cataluña dos hombres murieron aplastados por árboles que tumbó el vendaval. Otro falleció en Alicante al caerle encima un muro derribado también por el viento. En parecidas circunstancias había muerto el viernes una mujer en Barcelona.
Tras su zarpazo, el temporal se apaciguaba paulatinamente en la tarde de ayer y devolvía cierta calma a la mitad norte de la península donde dejó, además de los once muertos y decenas heridos, una estela de destrucción.
En la comunidad gallega, donde se registraron rachas de hasta 194 kilómetros por hora, hubo que lamentar tres fallecidos. En Burela (Lugo) un sargento de la Guardia Civil de Tráfico moría aplastado por un árbol. Ocurrió a las cuatro y media de la madrugada, cuando el agente, de 53 años y que se había sumado voluntariamente a un dispositivo especial, trataba de regular el tráfico.
En la localidad de Vilalba, también en Lugo, fallecía un anciano en el incendio de su casa a causa de un cortocircuito. Manuel Carreira, de 82 años y único habitante de la vivienda de la parroquia de Mourence que fue pasto de las llamas, murió calcinado. Los indicios apuntan a que el temporal fue la causa del cortocircuito.
Un marinero portugués murió también en Galicia tras ser evacuado junto a cinco compañeros del mercante luso Braga, naufragado en una mar endiablada con olas de diez metros a 77 millas al norte de A Coruña. Un helicóptero Helimer de Salvamento Marítimo condujo a tierra a los marineros, que habían dado la alarma a las nueve de la mañana.
Árboles y muros
Otros dos árboles tumbados por el viento se cobraban la vida de dos varones en Cataluña. Uno murió en la Palma del Cervelló, en la provincia de Barcelona. El hombre trataba de ayudar a los ancianos de una residencia muy castigada por el viento. Había detenido su automóvil ante el centro de mayores y al descender del vehículo para retirar ramas y restos fue aplastado por un pino. Le acompañaba otra persona que resultó herida.
El otro perecido es un hombre de 69 años que se encontraba en su finca de la localidad de Abrera, también en la provincia de Barcelona. Murió al instante, aplastado por un árbol de grandes dimensiones situado en la una urbanización de Can Amat.
En el municipio alicantino de Aigües de Busot murió un individuo de 51 años al caerle encima un muro. Ocurrió poco antes del mediodía de ayer y los efectivos de urgencia desplazados al lugar no pudieron más que certificar la muerte del varón.
Una mujer de 52 años había muerto en circunstancias semejantes en la tarde del viernes en Barcelona. El muro de más de dos metros de altura que cercaba un solar en la calle Llacuna de la ciudad Condal se desplomó por un golpe de viento y le causó la muerte en el acto.
Por último, una mujer de 73 años perdió la vida al caerle encima una puerta en el municipio burgalés de Hontoria de Valdearados debido a las fuertes rachas de viento, según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno. El suceso se produjo en torno a las 14.00 horas al desplomarse una puerta como consecuencia del viento.