
Issey Miyake, Martin Margiela y Armand Basi entre los grandes de París
La moda masculina estuvo representada por los modistos que mostraron sus propuestas para la próxima colección otoño-invierno
Actualizado: GuardarIssey Miyake, Martin Margiela y Armand Basi, la firma española más perenne en las pasarelas de París, destacaron entre los doce apóstoles de la moda masculina que ayer presentaron sus próximas colecciones otoño-invierno.
Mihara Yasuhiro, Kenzo y Kazuyuki Kumagai Attachment aportaron un toque nipón suplementario a esta intensa tercera jornada de desfiles para hombres, en la que subieron igualmente al podium Ungaro, Ann Demeulemeester, Tillmann Lauterbach, Damir Doma, Petar Petrov, Hermes y Jeroen Van Tuyl. Issey Miyake, desde sus locales de la plaza des Voges, mostró -la crisis así lo exige- una colección de exitosos modelos básicos revisitados, como el gran abrigo de mangas levemente murciélago o los trajes de diferentes colores y tejidos en una sola pieza.
La Maison Martin Margiela eligió otra Casa la de los Métallos (trabajadores del metal), vecina de su sede central en un distrito multiétnico de París, para presentar sus modelos en el sótano de ese antiguo sindicato metalúrgico, convertido en Casa de la Cultura .
Para Margiela, el invierno que viene será elegante y confortable, con colores pastel, azul marino y antracita; siluetas rectas y minimalistas; y con «denim» en distintas prendas.
Propuesta española
Aunque su desfile fue tradicional, Armand Basi optó también por la Maison des Métallos para enseñar «una colección de fin de siglo, de fin de ciclo», en homenaje a «todos los tics de la sastrería», según resumió su diseñador, Josep Abril.
Pantalones muy anchos y muy altos, junto a otros muy estrechos y muy pitillo; las americanas largas, tres cuartos, o cortas, amplias o entalladas; extremos opuestos que el modisto quiso mezclar «en una coctelera» porque, «en el fondo, es esto la sastrería», comentó. Fue una colección especial, por ser la primera en París en ausencia del fundador recién fallecido, Armand Basi, a quien Josep Abril rindió homenaje con una rosa en el ojal de algunos de sus modelos, como la que él mismo portó cuando salió a saludar a su público.
Aunque Armand Basi «nunca fue diseñador y nunca se metía con el estilo», Abril se dijo influido por «su filosofía y su política», convencido de que «había que trabajar para la gente, no hacer tonterías», sino prendas «que la gente se pudiera poner».
En otro punto del centro artístico de París, en la Escuela de Bellas Artes, tomó el podium el ilustre y cotizado colaborador de Puma Mihara Yasuhiro. Ofreció un exquisito espectáculo, ilustrado por un «one man show» musical cuyo protagonista, a medio camino entre un músico y un chamán, cantó y tocó la batería y la guitarra eléctrica con suma inspiración. Ungaro destacó con un clasicismo rebosante de negros y grises, de cuadros rojos, blancos y negros combinados entre sí, chaquetones de astracán enmarañado, levitas y alguna camisa transparente.