La educación sexual recae en las familias

a sexualidad, como un aspecto más de la integración social, tiene un espacio en las instituciones especializadas a través de talleres orientativos. Pero el mayor peso recae sobre las familias. Es habitual que los discapacitados intelectuales sean inmaduros emocionalmente, con lo que hay que hacer mayor hincapié en el seguimiento. Psicólogos y orientadores ofrecen información tanto a los usuarios como a los familiares de métodos anticopceptivos, pero suelen ser los padres, en la mayoría de ocasiones, los que tomen la decisión. El preservativo es el método más habitual y en casos más extremos o por decisión de la familia se recurre a la ligadura de trompas en las mujeres.