VARIEDAD. El Parque Natural Bahía de Cádiz es una de las zonas de Europa con mayor presencia de especies en la migración. / ROMÁN RÍOS
Ciudadanos

120.000 pájaros y muy poco turista

El Parque Natural Bahía de Cádiz es un enclave esencial en las migraciones, pero no cuenta con infraestructuras para aprovechar el turismo ornitológico

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Parque Natural Bahía de Cádiz es uno de los enclaves con mayor diversidad de aves de la península. Sin embargo, el turismo ornitológico tiene un escaso impacto económico en la zona. Algo que se evidencia por la falta de infraestructuras para el desarrollo de una actividad que en los últimos diez años ha experimentado un auge significativo en todos los rincones del país y que apenas toca a San Fernando, Chiclana, Puerto Real, El Puerto y Cádiz, términos municipales que integran este espacio protegido.

Así lo reconoce el jefe del departamento de Biodiversidad de la Delegación Provincial de Medio Ambiente, José Manuel López, que no considera que el parque pueda convertirse en «un motor económico para los núcleos poblacionales que se encuentran en su interior», aunque sí reconoce que se puede tratar de una «alternativa económica interesante por la que no se ha realizado ninguna apuesta seria y que tiene capacidad suficiente para la diversificación de actividades empresariales».

José Cabrales es técnico de la Empresa de Gestión Medioambiental S.A. y se encarga de los censos que mensualmente se realizan en el territorio. A la hora de valorar el volumen turístico a nivel ornitológico que genera el parque, es más contundente que López y afirma: «Resulta imposible realizar una cuantificación por una sencilla razón, porque el parque Bahía de Cádiz se ha convertido en una especie de lanzadera dentro de las visitas que ofertan los touroperadores que se dedican a esta actividad y que se agrupan en torno al Estrecho y Doñana. De esta forma, si queda tiempo pasan por la Bahía; de lo contrario, lo que nos encontramos son personas muy informadas de los puntos de avistamientos por internet y que proceden de toda España o el extranjero, principalmente del Reino Unido».

Las razones de que no haya en la Bahía un turismo asentado, no sólo a nivel ornitológico, sino a todo lo que se refiere al parque, va más allá de la falta de iniciativas para su explotación sostenible, ya que, como señala López, «estamos hablando de una extensión de terreno con unas condiciones geomorfológicas que limitan la capacidad de producción del propio parque de actividades como por ejemplo la agrícola, a lo que hay que sumar que las poblaciones que están en su interior se han desarrollado a completamente a espaldas del entorno natural, basando su economía en otras ocupaciones industriales y comerciales».

Alternativas

El desarrollo urbanístico del parque Bahía de Cádiz no concuerda con el perfil de turista ornitológico, que, como apunta Cabrales, «prefiere las casas rurales a los grandes hoteles». Lo que no quiere decir que no se puedan desarrollar unas «infraestructuras adecuadas para su cobijo y de esta manera rehabilitar las casas salineras para tal uso». Es cierto que hay una serie de protecciones que dificultan la elaboración de proyectos, pero tampoco hay que dar la imagen de que el espacio está encorsetado, simplemente no se han dado las circunstancias para el asentamiento de una actividad empresarial».

Más allá de las potencialidades, desde la década de los 70 se realizan censos de aves en el Parque Natural Bahía de Cádiz (que no obtuvo tal declaración hasta 1989), pero sin contar con una metodología unificada y una periodicidad adecuada. Costó que la Junta de Andalucía se diera cuenta de las necesidades del parque en esta materia, principalmente para obtener figuras de protección y datos para la gestión de los espacios, y no fue hasta 2003 cuando se crearon grupos de trabajo estables y registros poblacionales de forma mensual.

Actualmente se acomete el censo de invernada, periodo en el que las poblaciones se estabilizan al ser el invierno en estas latitudes más benévolo y no congelar las zonas de alimentación de las aves. El sistema para determinar el tamaño de una población es el conteo: grupos de personas que cuentan a ojo el número de pájaros de las distintas especies que hay en una zona concreta. De esta forma se ha determinado que el parque Bahía de Cádiz suele acoger en torno a 120.000 aves, siendo uno de los lugares más importantes de la península, junto a la desembocadura del Tajo en el Algarve.

José Cabrales va acompañado para realizar los censos de otro técnico de Egmasa, Manuel Cabaco y de dos patrones, Rafael Cando y Antonio Moreno, formando uno de los cinco equipos que durante estos días se esfuerzan por contabilizar las poblaciones de especies como los cormoranes, gaviotas, somormujos, charranes, chorlitejos, cigüeñuelas, avocetas, garzas, flamencos, águilas pescadoras, zampullines o correlimos. Una batida que según López «no se realiza en otro sitio de España»,y que permite tener una visión clara de la importancia de un espacio que pasa desapercibido cuando se trata de «uno de los enclaves migratorios de mayor relevancia a nivel europeo, al estar en la ruta de vuelo del Atlántico Este».