Mucho ritmo y mu poca vergüenza Unas capitanas que son de bandera
Simpática presentación que empieza al son de Caleta (Franklin). Preciosa la música de los pasodobles, sobre todo a partir del trío, que lleva el sello inconfundible de Paco Rosado. En el primero, critican a los derrotistas y el segundo es un canto contra el racismo. En el primer cuplé, la Infanta Elena no soportaba la adicción de Marichalar a las drogas. Cuando la policía se metió a registrar la casa, encontraron polvo por todas partes, pero no de coca, sino del polvorón que tienen los dos. En el segundo, se lían con los personajes de Disney y el paso del tiempo, con toque final para la Duquesa de Alba, que tiene hablando algo del Pato Donald. En el estribillo, no tienen paladar, pero tienen dos labios para hacer dos berzas con su pringá. Coreografía que ni en Fama al principio de un popurrí con mucho ritmo, tras el que son despedidos con gritos de «¿Esto sí que es una chirigota!». Parece que va la cosa de marinos y navegantes. La comparsa barbateña viene representando a un grupo de Capitanas de la Marina. Tras algunas imprecisiones iniciales, van cogiendo el tono a medida que avanza la presentación. Se quejan de las penalidades de la juventud desesperada que se mete en el ejército en una primera letra que por momentos va sin rumbo. En la segunda, la tragedia del divorcio desde la perspectiva de una pobre niña que le recrimina a su mamá que la utilice como arma arrojadiza en su guerra contra el padre.
Actualizado:Primer cuplé protagonizado por un cabo una mijita bujarra. El segundo, más simpático, es para su dentista que siempre les está dando el clavazo. Aparte, es tan gaditano que ya les ha puesto el segundo puente.
Cantan el popurrí con mucha fuerza (a veces quizá demasiada) y son despedidas con mucho cariño por el complaciente público que asiste a esta primera sesión de preliminares.