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Concordia obligada

El acuerdo alcanzado ayer por los gobiernos español y portugués en la XXIV Cumbre hispano-lusa para mantener el calendario previsto en la ejecución de las comunicaciones transfronterizas, el impulso común a los avances tecnológicos y la intensificación de la cooperación cultural reflejan la voluntad política de ambos Ejecutivos de evitar que la crisis económica pueda entorpecer los proyectos más emblemáticos de la nueva etapa de colaboración entre los dos países. El despliegue de delegaciones que se dieron cita en Zamora evidenció el amplísimo catálogo de áreas para la concertación de intereses y de iniciativas conjuntas que están sobre la mesa de las dos administraciones y el enorme potencial para el desarrollo común que se dan cita a uno y otro lado de la frontera. A un año del 25º aniversario del proceso que culminó con la adhesión de España y Portugal a la UE, ambos estados parecen decididos a recuperar el tiempo perdido en la necesaria cohesión ibérica, sorprendentemente desatendida durante años entre dos vecinos que comparten tantos intereses económicos, geográficos y culturales.

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La decisión de dividir la estación internacional de Alta Velocidad Elvas-Badajoz en dos terminales a cada lado de la frontera constituye un símbolo expresivo del afán de colaboración y el agotamiento de la etapa de recelos y exclusivismos. Junto a ello, la construcción del centro de investigación de energías renovables en la capital pacense, gemelo del centro de investigación de nanotecnología de Braga, confirma la determinación hispano-lusa de convertir esta área geográfica en motor de arrastre hacia la especialización tecnológica para configurar un modelo económico basado en la vanguardia industrial. La ejecución de las líneas de Alta Velocidad Madrid- Lisboa y Oporto-Vigo para 2013 y el empuje a las conexiones por autovía acordados en la cumbre, unida a la firma de numerosos convenidos de colaboración, no pueden ocultar, sin embargo, las dificultades que persisten para avanzar en la puesta en marcha del mercado ibérico de la electricidad y el gas; o los problema derivados de una creciente competencia fiscal a ambos lados de la frontera que podría provocar la deslocalización de determinadas empresas españolas si no se logra una cierta armonización impositiva. Pero la buena sintonía entre ambos gobiernos debería facilitar la superación de los obstáculos que impidan obtener el máximo rendimiento al gran esfuerzo técnico y presupuestario refrendado en esta cumbre.