El BCE también insta a los bancos a abrir el grifo de los créditos a familias y empresas
Alerta frente al proteccionismo y prevé que la inflación vuelva a subir en el segundo semestre
Actualizado: GuardarEl Banco Central Europeo (BCE) cree que la desaceleración será larga, y el análisis mensual de coyuntura que realiza la institución acentúa los tintes sombríos de informes anteriores. «Las perspectivas económicas siguen rodeadas de un grado excepcionalmente elevado de incertidumbre», afirma, e identifica, como principales factores de riesgo, la posibilidad de que las turbulencias financieras tengan un efecto cada vez más intenso sobre la economía real, así como la intensificación de las presiones proteccionistas. Al BCE no se le escapa que los países de la zona euro, aunque han coordinado sus políticas, intentan salvar los muebles con actuaciones individuales no siempre compatibles. Por añadidura, la autoridad monetaria teme que «una corrección desordenada de los desequilibrios» acabe por arruinar el crecimiento mundial.
Entre las soluciones propuestas, el BCE se apunta a la causa de los peticionarios de que la banca abra el grifo del crédito para evitar el estrangulamiento financiero de sociedades y familias. «Las importantes medidas que están aplicando los gobiernos para hacer frente a las turbulencias financieras deben contribuir a reforzar la confianza en el sistema y suavizar las restricciones en la oferta de crédito a las empresas y los hogares», asevera, y anuncia que se dispone a recabar más datos para analizar las consecuencias que los límites crediticios pueden tener sobre la actividad económica.
Pero también reitera otras habituales recetas: para lograr una recuperación sostenible, aconseja, es primordial mantener a medio plazo la disciplina en la ejecución de las directrices macroeconómicas. En su opinión, la vuelta a la confianza se logrará orientando otra vez las finanzas públicas a la estabilidad. Y, aunque celebra el compromiso asumido por el Consejo Europeo con la consecución del saneamiento, evoca que las medidas adoptadas suponen una carga considerable para gran número de países. «De no revertirse a tiempo -advierte- podrían tener un efecto negativo, en especial en las generaciones futuras». Supondrán, en otras palabras, una gravosa hipoteca de dilatada amortización cuando pase la crisis.
En las políticas estructurales, la autoridad monetaria insiste en la necesidad de abordar las reformas de los mercados laboral y de productos. Aconseja mejoras en el proceso de fijación de salarios y mayor movilidad geográfica y sectorial en el ámbito del trabajo, y cambios que fomenten la competencia y aceleren la reestructuración en la producción de bienes y servicios.
Inflación fluctuante
El Banco Central Europeo piensa que los precios van a fluctuar de forma notable en la zona euro durante el actual ejercicio. Explica que un primer efecto del abaratamiento del petróleo hará que las tasas de inflación se sitúen a niveles muy bajos a mediados de año. No obstante, se espera que los índices de precios vuelvan a aumentar en la segunda mitad del año.
Los riesgos para la estabilidad de precios -que la autoridad monetaria mantiene anclada en niveles inferiores, aunque próximos, al 2% de inflación- están, a su juicio, equilibrados. Pero el BCE insta a los responsables de la fijación de precios y salarios a «asumir plenamente sus responsabilidades». Por su parte, no bajará la guardia, y seguirá ejerciendo una vigilancia estrecha, por la persistencia de riesgos, tanto a la baja como al alza. Entre los primeros, piensa en la posibilidad de descensos inesperados de las materias primas o de una desaceleración económica más intensa de lo previsto. También podría cambiar la tendencia del petróleo por el recorte de la oferta o causas geoestratégicas.