Receta tibetana contra la crisis
El Lama Gueshe Jangchup Choeden impartió ayer una conferencia en Cádiz, donde recomendó «la armonía como la mejor forma para alcanzar la felicidad»
Actualizado:¿Por qué hay gente que, con menos dinero, menos tiempo libre y menos salud, es infinitamente más feliz de lo que usted llegará a serlo nunca? Según Gueshe Jangchup Choeden, el Lama experto en relaciones emocionales y doctorado en filosofía budista que visitó ayer Cádiz, todo se reduce a una sola cuestión: la facultad para generar armonía.
El maestro, que ingresó a los 14 años en un monasterio en India y ha tenido la oportunidad de absorber las enseñanzas de algunos de los líderes espirituales más importantes del mundo, impartió una conferencia en Diputación de la mano del Centro Budista Tibetano Escuela Guaelupa de San Fernando. A tenor del éxito de la convocatoria -la sala estaba llena-, sus reflexiones sobre la felicidad, el Karma, la sugestión, el equilibrio y el autocontrol son más necesarias que nunca en la profunda crisis (económica y existencial) que atraviesa la sociedad contemporánea.
Jangchup comenzó citando a Buda: «Él siempre les decía a sus discípulos que es imposible acceder a la felicidad si uno es incapaz de vivir en armonía». Por lo tanto, el propósito inexcusable de todo hombre «no debe ser buscar la felicidad por otras vías o atajos, sino aprender a generar armonía, algo de lo que se beneficiará él mismo y los que le rodean».
Vestido con su túnica rojo bermejo y completamente rapado, desgranó (bajo un retrato marcial del Rey) algunas de las claves para profundizar en «el camino que eligieron muchos hombres sabios que constituyen un ejemplo a seguir».
«La primera condición es creer firmemente que cualquiera, con la voluntad necesaria, puede conseguir la armonía», sentenció. Este principio de confianza requiere de su propio trabajo, fundamentado en el autoconocimiento y el autoconvencimiento. «Hay que poner la mirada en la gente que ya lo ha logrado» -explicó-, en la gente que teniendo menos o con más problemas «ha hecho de la armonía personal un elemento imprescindible en sus existencias».
Ahora bien, ¿cómo se logra la armonía? «No hay milagros, ni recetas, sino que es una cuestión de aplicar diferentes métodos y fórmulas», aseguró. De entrada, es obligatorio hacerse unas cuantas preguntas: «¿Por qué no hay armonía en vida? ¿Qué me altera? ¿Qué no tengo? ¿Qué me preocupa?» Cuando «se buscan las respuestas, hay que evitar engañarse». «Buda recalcaba que el autoengaño es un gran enemigo del hombre, porque nos hace creer que queremos cosas que no queremos, cuando en realidad nos mueve el miedo, la codicia, el odio, el orgullo o la sospecha». Si nos respondemos a nosotros mismos incorrectamente «tenderemos a tomar decisiones en el camino equivocado». Porque «podemos convencernos de que nos importan cosas que no nos importan, y al revés, sólo porque es más cómodo a corto o medio plazo verlo así, aunque nos estemos haciendo daño a largo plazo».
Por lo tanto, después «hay que ser valientes» y «enfrentarse a todas las emociones negativas que aparecen en la vida de cualquier ser humano, controlarlas y neutralizarlas». Esta mala energía, que surge «en el día a día, muchas veces de nuestro propio interior», supone el principal obstáculo para acceder a la armonía personal, que a su vez es «la base para lograr una relación equilibrada con nuestra pareja, amigos, compañeros, etc...»
Gueshe Jangchup recomienda «paciencia -el don de todos los hombres sabios-, autocontrol, confianza en nosotros mismos y en los demás, respeto a los que nos rodean y responsabilidad a la hora de aceptar de qué tenemos la culpa nosotros y de qué la tienen otras personas». Cada vez que «inclumplinos algunos de esos preceptos, la energía se vuelve contra nosotros».
Ahora bien, todo ese cuerpo filosófico no implica que quienes lo practican sean «inconscientes» y se comporten de «un modo utópico», ya que «hay que actuar siempre con inteligencia». «Sólo así mejoraremos nosotros, nuestro entorno, nuestra ciudad, puesto país y nuestro mundo».
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