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«Venimos a quedarnos»

Una multitud con banderas, pancartas y música recibe a George W. Bush en el aeropuerto a su regreso a Texas

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«¿Hasta nunca!», gritaron asistentes a la ceremonia de investidura de Barack Obama cuando el ya ex presidente George W. Bush accedía, junto a su esposa Laura, al helicóptero que le trasladó hasta la base militar de Saint Andrews desde donde volaría a su Texas natal. Pero el político republicano no lo oyó o no quiso oírlo. Sólo pensaba en la nueva vida como ciudadano corriente que le aguarda a partir de ahora.

Tranquilidad, paseos a caballo por su rancho, poner en marcha una biblioteca-museo... ocupaban su mente cuando el aparato, bautizado como Special Air Mission 28000 -ya no le correspondía la denominación de Air Force One-, aterrizó en el aeropuerto de Midland, ciudad donde nació la ex primera dama y en la que pasó su infancia el propio Bush.

De repente, todo se llenó de música, banderas al viento y pancartas con la inicial de su segundo nombre 'W' (Walker), saludos de bienvenida y extractos de sus discursos. Una multitud se había congregado en los aledaños de la pista para brindar al ya ex mandatario una calurosa acogida en su vuelta a casa.

Recuperado de la sorpresa, Bush se vino arriba y respondió a los vítores de sus convecinos con un «hoy es un buen día para la familia Bush. Estamos de vuelta en Texas, y para quedarnos», afirmó. «Estoy agradecido a todos los que han venido para darnos la bienvenida», añadió emocionado. «He estado con reyes, presidentes y papas, pero nada es comparable con volver a mi tierra», prosiguió, al tiempo que dio gracias a sus padres por el apoyo que le han brindado y en especial a su esposa, de la que dijo que «el mundo reconocerá la fabulosa primera dama que ha sido Laura». El anterior inquilino de la Casa Blanca también reiteró sus buenos deseos a Obama y destacó que «ofrecemos nuestras oraciones para que tenga éxito».

Tras el acto de homenaje en Midland, la familia Bush continuó el viaje, también por aire, hacia Waco para llegar a su destino final, su rancho en la cercana Crawford. Sin embargo, el matrimonio no tiene previsto residir de forma permanente en esta propiedad de 1.600 acres, sino que vivirá en Preston Hollow, un lujoso barrio de Dallas, donde ha comprado una casa, por decisión de Laura.

Bush, además de intentar sacar adelante el proyecto de la biblioteca-museo, también ha expresado su voluntad de escribir un libro con sus vivencias como presidente. En tono de chanza comentó que cuando le comunicó sus planes de futuro a su madre, Bárbara, ésta le contestó: «Mejor que limpies tu habitación».