Arrancan los cambios de la nueva red de autobuses entre la confusión de usuarios
Los ciudadanos aplauden la creación de la línea 18, pero desconocen rutas Desde la plaza de Abastos y Cojetusa piden tiempo para medir resultados
Actualizado: GuardarLa marcha atrás del Ayuntamiento de Jerez en lo que se refiere a parte del Plan de Movilidad se hizo efectiva ayer con la puesta en marcha de los cambios en la nueva red de autobuses urbanos. Las protestas surtieron efecto y apenas una semana después el Consistorio accedió a reorganizar algunas de sus reformas iniciales, con el fin de contentar a los usuarios, comerciantes, trabajadores de Cojetusa y demás supuestos damnificados.
El resultado es que, por el momento, la población se muestra confusa con los segundos cambios y pide algo de tiempo para adaptarse a la nueva situación. Al menos ése fue el ambiente que se palpó en la parada de la línea 18, que nació ayer con el fin de reforzar la conexión entre barriadas del noroeste de la ciudad como Las Torres y Picadueñas, y la plaza Esteve.
Los ciudadanos allí apostados se referían a la nueva línea en su mayoría en clave de alivio, ya que fueron muchas las personas mayores procedentes de estas zonas que desistieron de ir la semana pasada a la plaza de Abastos, dada la lejanía de la nueva parada ubicada en la rotonda de los Casinos, para no cargar con las bolsas de la compra un trayecto tan largo.
«A mi madre le han hecho un favor -reconocía una usuaria, Rosario Rodríguez- porque viene de Picadueñas casi todos los días a la plaza, y tiene que volver cargada de bolsas. Desde luego, lo que hicieron no era justo». Otras personas se expresaron en los mismos términos, incluyendo parte de la plantilla de la empresa del transporte público, Cojetusa, que no dejó escapar cierta tranquilidad por la posibilidad de que con las modificaciones se pueda incrementar nuevamente el número de usuarios.
No obstante, la situación más generalizada era la de inquietud, puesto que la mayoría de las personas que esperaban en la parada de la plaza Esteve desconocía, con el cambio de ruta de seis líneas, cuál era el autobús que debían coger. «Antes no daban tantas vueltas, ahora no sabemos cuál nos dejará antes ni dónde», protestaba una señora. «No los deberían haber cambiado nunca», apuntaba otra.
Cautela
Los comerciantes de la plaza de Abastos, por su parte, también quisieron referirse ayer a las modificaciones de la red. Cuando conocieron el Plan de Movilidad, fueron muchas las voces que se alzaron en protesta, argumentando que el traslado de las líneas más populares a paradas lejana iría en detrimento de su clientela. Ayer, los trabajadores de la plaza expresaron su aprobación por la creación de la línea 18 aunque con cautela, aludiendo al tiempo como factor fundamental para determinar el alcance real de las reformas.
«En lo que nos afecta a nosotros estamos algo más tranquilos -subrayó la pescadera María Flores-, pero veremos a ver cómo nos las arreglamos finalmente. Con la crisis y más en el mes de enero ya se sabe, ahora es muy difícil averiguar si esto nos beneficiará o no». Los compradores presentes también se posicionaron asegurando que, mientras les den facilidades, continuarán acudiendo al mercado.