LIMITADOS. Los boxeadores, apenas sin espacios. / C. O.
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Noqueados y olvidados

El Club Don Príncipe entrena a 24 púgiles en unas instalaciones abandonadas de Jerez

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Juan José Zarzana lleva casi toda su vida dedicada al noble arte del boxeo, su pasión y la que intenta promover en una ciudad que de unos años a esta parte le ha dado la espalda a lo que es más que una afición. «Tenemos a 24 chavales y no nos mueve más que el amor por el boxeo», dice Zarzana, que se dedica a enseñar en el Club Don Príncipe de Jerez todo aquello que aprendió subido a un cuadrilátero y tras las cuerdas.

Sin embargo, el olvido institucional se ha cebado con un deporte que levanta pasiones, y que, para Juan José, es algo más. «Al Don Príncipe no le mueve el ánimo de lucro, sino poder coger a chavales complicados, de la calle, e integrarlos, hacerles ver que pueden hacer algo».

No se sabe si habrá sido por las películas norteamericanas o por las diversas veladas que desde su club ya han organizado en la ciudad, pero lo cierto es que «la gente se está volcando en los combates que organizamos y quiere comenzar a practicar este deporte».

Sin embargo, las instalaciones no son las más adecuadas. Mientras un grupo de jóvenes juega al fútbol sala, arriba, junto al bar del polideportivo Ruiz Mateos, Zarzana intenta enseñarle a sus pupilos lo que es este deporte: «Estamos en uno de los salones que hay vacíos en el Ruiz Mateos. Me da pena ver que hay locales que de aquí a nada se van a quedar sin dueños y que podríamos usarlos».

Zarzana se refiere a los locales que en otros tiempos el Ayuntamiento jerezano concedía a asociaciones de vecinos.

Labor de Zarzana va más allá de los guantes y el punch. Enseña vida, y lo demuestra a la hora de integrar a esos jóvenes conflictivos. «Ni te imaginas la cantidad de chavales de la calle que hemos tenido aquí para mostrarles que hay otras cosas. Por eso lo que necesitamos es un sitio normal para entrenar, lo básico para poder hacer nuestro trabajo diario». Por ahora son 24 los púgiles en el club, pero podrían ser más «si pudiéramos tener acceso a otras instalaciones».

El Consistorio ha colaborado en la celebración de veladas, pero no en las infraestructuras. La política ha noqueado al boxeo