«Una enorme bola de fuego»

Trabajadores de la finca Pago Guijoso, donde cayó uno de los aviones, aseguraron haber visto cómo las alas de los dos aparatos llegaron a tocarse en el aire antes de precipitarse contra el suelo en «una enorme bola de fuego». «Al parecer, los pilotos llegaron a abrir sus paracaídas pero posiblemente murieron por la explosión», comentó Eduardo Sánchez, propietario de esta finca dedicada al viñedo. El capataz Doroteo Cañas escuchó una explosión y vio una humareda negra. «Estaba a un kilómetro y pico de donde ha ocurrido el accidente y según he ido acercándome he notado un fuerte olor a queroseno», explicó. La enóloga de la finca dijo haber visto «una gran bola de fuego en forma de seta que ha durado unos segundos y después una columna de humo». Inocente Moreno, guarda de una finca cercana, El Gallo, contó que vio pasar los dos aparatos hacia las diez menos diez de la mañana y «al poquito» sintió un « fuerte estruendo», seguido de una explosión «muy viva».