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AFECTADO. Jacinto Leal, en su casa de Chiclana. / ROMÁN RÍOS
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«Si hubiera tenido más atención esto no habría pasado»

A Jacinto Leal le amputaron una pierna por un error de diagnóstico en el Clínico y ha denunciado al SAS

E. M. / J. M. A.
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Va a hacer justo un año desde que Jacinto Leal acudió a las Urgencias del Hospital de Puerto Real por un dolor en su pierna izquierda. Varias horas de espera para ser atendido y a casa con una venda compresora y un diagnóstico de artrosis. Días después volvió al Clínico porque el dolor iba a más y de ahí lo enviaron en una ambulancia al Puerta del Mar donde tuvieron que amputarle la pierna. El dolor no venía de una artrosis, sino de una trombosis, que tratada antes se hubiera mejorado con medicación.

Así lo recuerda el afectado, de 66 años, que apenas sale de casa. «Me ha cambiado la vida por completo, porque antes no paraba quieto y ahora me cuesta moverme». Jacinto no termina de hacerse a su nueva situación. Está soltero y vive en su casa de Chiclana al cuidado de sus hermanas Francisca y Josefa. Mientras tanto, acude a las revisiones periódicas y se plantea recurrir a una pierna ortopédica para recuperar autonomía.

El caso está en manos del abogado José Luis Ortiz, que le reclama al SAS y a la compañía aseguradora Zurich 201.605 euros. De momento no hay fecha para el juicio, pero confían en que la justicia les dé la razón. «El que va a un hospital y espera horas en una sala es para que le atiendan bien», se lamenta.

La compensación económica no le va a devolver la pierna, pero hará su vida más fácil. Tanto él como su familia esperan que el proceso sirva, al menos, para que no vuelva a ocurrir. «Si le hubieran tratado con más atención esto no habría pasado», añade Josefa.

Por este proceso ya pasó María de los Ángeles Cabello. Esta vecina de Chiclana se sometió a una operación en la clínica Asisa de Jerez en 2003 por un tumor tiroideo con el resultado de una infección causada por una gasa olvidada. María de los Ángeles denunció a la clínica y perdió, pero finalmente la justicia le dio la razón y fue indemnizada con 15.000 euros al no quedar secuelas permanentes.

Ahora asegura que le «compensó» llegar a los tribunales tras lo que había pasado. La afectada cuenta que empezó a sentirse mal días después de la operación y hasta llegó a pensar que tenía un cáncer con metástasis. «Pasé meses muy mal, pero tuve suerte».