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ILUSIONADOS. Nelsinho Piquet y Fernando Alonso posan con su nuevo monoplaza, que fue presentado en Portugal. / EFE
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Un Renault para volver a soñar

Fernando Alonso es optimista con su nuevo R29, con el que de nuevo aspira a ganar títulos este año

J. C. CARABIAS
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A las diez de la mañana en la nubosa costa del Algarve, Nelsinho Piquet pisa el acelerador y hace rugir el nuevo Renault pasarela 2009 sobre el circuito de Portimao. Al tiempo, Fernando Alonso sale escopetado en una bici Colnago blanca, embutido en un traje negro sintético, culote con perneras y casco blanco. Se presentó el R29 y el doble campeón del mundo se marchó, imbuido en un optimismo contagioso, a reconocer las inmediaciones de la zona con su fiel Fabrizio Fabri pegado a su rueda. «El objetivo es ganar el Mundial y podemos hacerlo», dijo Alonso al regresar de su excursión sin haber puesto las manos aún sobre el volante.

Energía, buenas vibraciones, mensaje risueño, invitación a un desfile. Todo esto desprendió Alonso un año después de regresar a Renault , de certificar entonces con argumentos sólidos que 2008 era un año difícil, de travesía por el desierto. Ha llegado 2009 y ha proclamado un cambio de signo. Un ánimo desconcertante para alguien que suele hablar claro y tiene tino para los diagnósticos.

¿De dónde proviene el optimismo de Alonso ? Sobre todo, de la nueva reglamentación aprobada por los equipos. La tabla rasa en materia de ahorro ha desembocado en coches más estandarizados, con medidas fijas, menos propensos para cargar la cuota aerodinámica de apliques ventajosos. Los mismos neumáticos para todos, desaparición de ayudas aerodinámicas y el sistema Kers (recuperación de energía en las frenadas a través de un botón que los pilotos pulsarán a conveniencia).

«Me gusta el coche. Me gusta mucho», advirtió para sorpresa general. Las gentes de la Fórmula 1 son optimistas por decreto en enero, en la hora de las presentaciones, de los sueños. Alonso suele ser, por encima de todo, realista. «Que nadie espere nada», dijo el año pasado. «Espero luchar por el Mundial», reconoció ayer lunes.

La continuidad en la misma escudería, el rebufo de las victorias en septiembre y octubre, la correcta interpretación de los datos del túnel del viento de Renault y el hecho de que las escuderías parten de cero animó al asturiano a regalar un titular detrás de otro. «Pocos inviernos tengo tantas de empezar. Nunca he estado tan preparado. El equipo cree en lo que hacemos».

Ferrari en el horizonte

Ahora pesa 67 kilos -la bici adelgaza de lo lindo-. «Es un coche mucho más trabajado», se escuchaba en el campamento de Renault . «Me da igual si dicen que es feo o bonito. Lo que me importa es que sea rápido. Si es así, será bonito para todos», comunicó Flavio Briatore, contagiado por el mismo espíritu.

De Ferrari y su matrimonio sin consumar con Alonso, se extiende. «Todavía no entiendo cómo algunos periodistas españoles no se dedican a hombres del tiempo porque fallan siempre», la clavó Briatore citando nombres.