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Otra vez la relajación
El Xerez no supo gestionar el partido y dejó escapar la victoria en el último minuto Se adelantaron de penalti y jugaron con un futbolista más toda la segunda parte
Actualizado: GuardarUna de las mayores señas de identidad del Xerez de Esteban es la épica, las remontadas. La permanencia de la temporada pasada se cimentó a base de hazañas, de subir cuestas que se empinaban a medida que pasaban los minutos, de lograr lo que parecía que nadie podía alcanzar. De ahí el milagro de la permanencia. Ése mismo equipo adoptó aquella línea de juego y le ha servido para llegar al ecuador de la actual temporada en disposición de pelear por el campeonato de invierno, pero ese honorífico premio estaría ya en manos de los xerecistas si no fuera éste un equipo acostumbrado a meterse en el papel de héroe.
A diferencia del resto, el Deportivo parece no encontrarse cómodo con el marcador de cara y la situación favorable. Estuvo a punto de meter la pata ante el Sevilla Atlético y lo demostró ante el Nàstic o el Girona. Ayer volvió a destapar esta, su principal, carencia en un encuentro en el que podría haber sumado de tres con relativa facilidad, pues sin hacer nada del otro mundo se vio con el marcador favorable y con más de cincuenta minutos en superioridad numérica. Un escenario idílico para cualquier otro equipo de la categoría, pero en el que los de Esteban no acaban de sentirse cómodos, pues no saben manejar el encuentro ni se lanzan a por un segundo tanto que finiquite el duelo.
Esa incapacidad se acabó pagando y por más que el preparador malagueño del Xerez trata de arreglar esta tara a base de charla, los errores se vuelven a repetir.
A priori, atractivo
En el cartel se anunciaba un encuentro vistoso, entre dos conjuntos que presumían de disfrutar con las apuestas por el fútbol creativo y desde el primero de los minutos se cumplía con la expectativa pues Viqueira probaba desde larga distancia la seguridad del debutante Miguel. El gallego le pegaba a puerta desde unos cuarenta metros en el saque de una falta, y aunque falto de potencia, el disparo puso en apuros al portero oscense por su buena colocación.
La respuesta del Huesca, efectivamente, se basó en un estilo de juego de toque, en el que nunca se sorteaba el esférico por el aire. Los azulgranas bajaban la bola al piso, levantaban la cabeza y buscaban la mejor opción para aproximarse hasta Chema. La primera de las llegadas serias se contabilizó tras un disparo raso de Sastre que cruzó la línea de fondo pegado a la base del palo de la portería azulina.
Al Xerez, en cambio, no le permitían llegar hasta la frontal. Antoñito y sobre todo Calle eran frenados a base de faltas, pues la presión del Huesca rozaba la legalidad. De una de esas amonestaciones, posiblemente la más rigurosa, nació el tanto del Deportivo. Viqueira puso en movimiento una falta lateral a la que trató de llegar Aythami. El canario cayó al suelo dentro del área y Gardeazabal señaló pena máxima en un penalti más que riguroso.
Momo se sintió con confianza para aumentar su cuenta anotadora, pero tuvo que ser de cabeza pues el primero de sus lanzamientos fue despejado por Miguel. El canario peleó el rechace y remachó en plancha al fondo de la portería del Huesca.
Las dudas que sembró el penalti encendió la grada de El Alcoraz. Además, al colegiado no le preocupaba echarle más leña al fuego a base de faltas dudosas que siempre caían del lado xerecista.
Aún así, los hombres de Calderón no abandonaron su filosofía y continuaron creando peligro a base de buen fútbol. Sastre se plantó dentro del área gracias a una buena pared, pero Chema estuvo rápido de reflejos.
Poco después no estuvo tan fino el de Orihuela, pues no fue capaz de bloquear un balón aéreo (pudo haber falta). El esférico quedó suelto en el área y tuvo que ser Silva el que sacara bajo palos otro disparo de Sastre.
La última ocasión de peligro de la primera parte fue para un Xerez que ya disfrutaba de la expulsión de Helguera (uno de los puntales defensivos del Huesca). El medio centro del conjunto local vio la segunda amarilla por tocar la bola con la mano (la primera fue por el penalti a Aythami) y dejó a su equipo con dos jugadores menos, pues Galdeazabal ya había expulsado a el ex xerecista Ramón cuando éste se encontraba en el banquillo. El peligro sobre la puerta de Miguel lo puso Antoñito. De hecho, el sevillano logró mandar el cuero al fondo de la portería del Huesca cuando la jugada ya estaba invalidada por un presunto fuera de juego del delantero.
En el arranque de la segunda parte al Huesca ya le costaba mucho más mantener su espíritu creativo, pues el balón pasaba mucho más minutos en los pies de los xerecistas. De hecho, las ocasiones, caían a favor de un Xerez muy ordenado en defensa. Jesús Mendoza se animó con un fuerte disparo lejano que se fue por poco.
Momo, antes de marcharse, dejó una internada veloz por su carril, pero su centro no encontró rematador. El canario dejó en esa carrera sus últimos gramos de fuerza y Esteban le dio entrada a Asier.
El preparador malagueño no quería pasar demasiados apuros y retiró a Antoñito cuando percibió que, aún con un hombre más sobre el césped, sufría para ganar la batalla del centro del campo. Bergantiños entró en lugar del delantero sevillano para tratar de volver a controlar el juego, pero con el Huesca volcado y con un Xerez pensando en el viaje de vuelta, la pelea ya se había perdido. Y es que los xerecistas acabaron pagando su desgana y su falta de inteligencia para controlar un encuentro que tenían ganado hasta el último minuto de partido, instante en el que Medina cabeceó al fondo de la puerta azulina un saque de esquina que daba un empate a un conjunto local que había hecho méritos suficientes para ello.
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