«Más que trabajadores parecemos esclavos»
Los trabajadores desplazados hasta Huelva para la campaña de la fresa, de municipios como Espera, Puerto Serrano, Algodonales o Bornos, destacan que las condiciones de trabajo allí son «muy duras» y, además, el trato que reciben es «casi de esclavos». Juan Castro destacó que «nuestros hijos no pueden ir a los mismos colegios que los niños de Lepe porque las familias de estos niños no quieren que se mezclen con los nuestros», razón por la que ellos optan por que su hija pequeña se quede en Espera a estudiar.
Actualizado: GuardarEn cuanto a las condiciones laborales, aseguran que cada día les exigen que recojan 150 kilogramos de fresa «sin tener en cuenta si estamos malos, si nos ha tocado una mala linde o si tenemos cualquier problema». Además, se está imponiendo un sistema de tarjeta de control, con un chip, mediante el que se controla cuántos kilos recoge cada uno y si tarda en llevarlos, de caja a caja, para comprobar su rendimiento. Además, diariamente trabajan más horas de las establecidas con la excusa de que es para pagar la luz de las casas-chabolas que los empresarios les prestan, aseguró Juan.
Una de las circunstancias más graves que denuncian es la que se refiere al uso de insecticidas en los campos. Aseguran que la aplicación de estos productos se realiza sin ningún tipo de traje de protección o mascarilla en los empleados, salvo cuando hay una inspección, y eso es algo que notan en la boca «porque se nos irrita, además de que los líquidos nos producen tos».