Artículos

Recuerdos

Cuando yo tenía unos 8 o 9 años, allá por los años 55 o 57, veía como algo muy lejano casi inalcanzable el año 2000. Hoy ya estamos en el 2009. La verdad que tampoco tenía prisa por llegar pues me encontraba muy a gusto con mi inocencia. En aquellos tiempos circulaban más coches de caballos que taxis - era frecuente encontrar coches de caballos por todo el casco antiguo-. Eran las radios las que llevaban la música y los anuncios al eco de sus calles, mientras los niños y niñas jugábamos en ellas plácidamente al contra, el trompo, los bolis el aro etc. Además fuimos los inventores del furbito, las niñas en verdad eran más de casa.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Por las noches, al cine de verano a ver una de romanos o una de cowboys, el inolvidable Cantinflas y alguna que otra españolada. También era el sitio apropiado para el ligue bajo las estrellas con la música de fondo de los Cinco Latinos o el inmortal Elvis.

En aquellas fechas la Navidad era más Navidad que año Nuevo, además era el día en que se podía comer como Dios manda y nunca mejor dicho. Los Reyes por supuesto que eran magos -o si no que se lo pregunten a mi madre, que éramos 8-. Todo esto y mucho más forma ya parte de mi memoria histórica, hoy es todo diferente, hemos pasado de los bolis, el trompo, el aro, etc. a las vídeoconsolas. Del cine de barrio al vídeo en casa, la tele, el internet, etc. Pero aquí surge la incognita de siempre: ¿es el niño de hoy más feliz que fuimos los de mi época con sus canicas, sus aros y su libertad callejera? Pienso que aquel niño envidiaría a este, al igual que este a aquel, aquellos fueron los reyes del barrio y estos los de la casa, creo que ambos se necesitan para equilibrar un poco mejor sus existencias.

Manuel Jesús Redruello Míguez. Cádiz