El primer ministro ruso, Vladimir Putin, ayer en Berlín. EFE
ENERGIA

Cita crucial en Moscú para resolver la crisis del gas

Si fracasa la reunión entre Rusia y Ucrania, Bruselas ha advertido que revisará sus relaciones con ambos paises. Más de media Europa lleva 10 días sin suministro

CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: Guardar
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Hoy se celebra en Moscú un encuentro entre el primer ministro ruso, Vladímir Putin, y su homóloga ucraniana, Julia Timoshenko. La Unión Europea considera esta cita la última oportunidad para que los dos países eslavos demuestren su credibilidad como suministradores de energía. Si fracasa la reunión, Bruselas ha advertido que revisará sus relaciones con Moscú y Kiev. El fluido de gas a Europa lleva interrumpido completamente desde hace 10 días.

Inicialmente, el Kremlin convocó esta conferencia en forma de cumbre de jefes de Estado de países que transportan y consumen gas, pero muchos de sus líderes, al menos los más relevantes, no acudirán hoy a Moscú. Por la parte europea estarán presentes el comisario de Energía, Andris Piebalgs, y el ministro checo de Industria, Martín Riman.

El tiempo ha venido a dar la razón a quienes siempre han pensado que la disputa por los precios del gas atañe exclusivamente a Rusia y Ucrania, como también la causa de que el suministro esté cortado. Son esos dos países, por tanto, los que tienen que hallar una solución al conflicto. Así lo estiman la mayoría de los dirigentes europeos. Y eso que Putin ha hecho todo lo posible, aunque sin éxito, para involucrar a Europa en la tarea de presionar a Ucrania.

El primer ministro ruso visitó ayer a la canciller alemana Angela Merkel y tuvo que admitir que, pese al desgaste de su reputación, Ucrania aventaja ligeramente a Rusia en la batalla de la imagen. Putin constató que “la posición de la UE, que pone a Rusia y Ucrania al mismo nivel, representa en realidad un apoyo abierto a Ucrania, pese a que está incumpliendo sus obligaciones como país de tránsito”.

Y es que parece haber unanimidad en el hecho de que la disputa entre Moscú y Kiev encierra un marcado carácter político. El Kremlin lleva años tratando de propiciar un cambio de dirección en Ucrania que derribe a Víctor Yúshenko en beneficio de fuerzas más próximas a Moscú.

Timoshenko, que trata de nadar y guardar la ropa, ha adoptado ya una postura discrepante con respecto a Yúshenko, que podría convertir en papel mojado el acuerdo que hoy pudiese alcanzarse con Putin. Ella considera que el problema del tránsito de gas a Europa y el convenio bilateral sobre el suministro de carburante ruso a Ucrania son dos cosas distintas. Yúshenko, sin embargo, asegura que ambos aspectos están ligados. Aunque no lo haya dicho de forma explícita, si Rusia no acepta vender el gas a Ucrania a un precio razonable, Europa continuará pasando frío.