PABLO MOTOS

«Detesto a los serios»

Tras la divertida visita de Will Smith a 'El Hormiguero'trabaja en «otro bombazo televisivo» para febrero

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Pablo Motos se ha subido encima de su propio apellido. El humorista va a una velocidad de crucero por la carretera de la televisión. Este valenciano, profesional de la radio durante muchos años, empezó El hormiguero de Cuatro con una buena nota, dos puntos por encima de la cadena, y el espectáculo siguió creciendo. Se lo pasa bien trabajando, y eso que él y su equipo se esforzaron durante meses hasta conseguir esos divertidos minutos en que Will Smith se arrancó en el plató con torito bravo. Ahora anuncia otro bombazo televisivo, que se verá a finales de febrero.

-Cuando empezó El hormiguero el humor de los showman se reservaba para la madrugada.

-Teníamos todas las dudas porque lo lógico hubiera sido seguir la estela y salir alrededor de la medianoche. El desafío de las 21.30 horas nos lo propone la cadena y nosotros intentamos adaptarnos a ese horario. Al principio nos daba miedo esa hora de tanta audiencia. Somos un grupo de gente que hacemos lo que nos parece divertido. Y hemos tenido la suerte de que la gente lo reciba bien.

-¿El programa no está pensado para gente muy joven?

-No. Es verdad que a los niños les encanta, pero es un programa de mayores que también interesa a los adolescentes. El público al que nos dirigimos es más de nuestra edad, entre los 30 y los 45, aunque también intentamos sacar el niño que llevamos dentro. A mí la ciencia me interesa mucho. Llevaba cinco años recopilando inventos. Luego lo incorporé al programa.

-¿Su humor es blanco?

-Eso dicen y yo me callo. Hay veces que no creo que eso obedezca a la realidad porque yo estoy más cerca del humor negro.

-No se nota mucho el sarcasmo.

-No. En el monólogo sí puede que intente alguna carga de profundidad. Pero cuando traemos a un invitado al programa es porque le tenemos admiración y no queremos hacerle daño sino tratar bien al huésped. En la segunda parte tratamos de entretener, que es algo sensacional que todo el mundo necesita para librarse de la ruina de cada día.

-Da la impresión de que se toma la vida como un juego.

-Es que no tengo por qué tomármela en serio, aunque me voy a morir igual. La vida puede ser difícil pero no seria. Detesto a los serios porque se amparan en esa seriedad para hacer cosas desagradables a los demás. Hay gente que tiene un cargo y se ampara en él para hacer cosas que a ti no te apetecen. Un político no puede decirme cómo tengo que estar yo. Yo quiero estar contento, si usted está muy serio porque se cree que es más importante el cargo político que usted, en mi programa se equivoca.

-Buenafuente comentó en una ocasión que no conocía ningún humorista de derechas. ¿Qué le parece?

-No coincido con él. Hay excelentes humoristas de derechas, otra cosa es que a ti no te haga gracia alguien que no te cae bien. Un genio absoluto que era más de derechas que de izquierdas, muy amigo mío, fue Luis Sánchez Polack, Tip. No tienes que estar de un lado político para ser un humorista.

-Desde Gila hasta hoy, ¿cómo ha avanzado el humor en España?

-Sin parar. El humor cada vez está mejor. El intermedio o Buenafuente son una referencia, junto con nosotros, de una forma de ver el mundo. Pero es que Gila fue un genio, que llegó a un nivel tan alto que es difícil rozar. Aunque me hubiera esforzado toda mi vida, habría sido incapaz de hacer un monólogo mejor que el de la guerra.

-¿Ha llegado a hacer su programa ideal?

-Sin duda. Después del programa con Will Smith me llamó mi socio y me dijo: «Si me muero esta noche, di que nadie llore, que me he muerto súperfeliz». Era una buena reflexión. Me ha dado mucho más la vida de lo que yo pedí.