Jerez

La rebelión contra los nuevos autobuses deriva en un asalto al área de Movilidad

Un centenar de personas irrumpe en la sede de Caballeros y exige la dimisión de Bermúdez La Policía Local tuvo que desalojar la planta superior, donde está el despacho del delegado

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La protesta convocada ayer frente al Ayuntamiento por los conductores de Cojetusa y otros afectados por los cambios del Plan de Movilidad derivó finalmente en una invasión en toda regla de la Delegación de Movilidad. Alrededor de un centenar de personas (aproximadamente la mitad de las que se manifestaron en las puertas del Consistorio) iniciaron su marcha hasta la sede de la calle Caballeros, donde con los ánimos bastante crispados comenzaron a reivindicar a gritos la dimisión del delegado de Movilidad, Juan Manuel García Bermúdez.

El alboroto fue enorme una vez que llegaron al final del recorrido, y la Policía Local tuvo que desalojar la planta superior para impedir que la turba enfurecida invadiera también el despacho del delegado de Movilidad, que se encontraba ausente entonces.

Bermúdez, que fue recibido poco después entre insultos, tuvo que abrirse paso escoltado por agentes policiales. Ya desde la parte de arriba, pidió que fueran subiendo los representantes de la muchedumbre, lo que propició que, poco a poco, ésta se fuera disolviendo.

Alrededor de una hora estuvo reunido el delegado de Movilidad con ocho de estos representantes, muchos de los cuales salían por la puerta todavía a gritos y bastante encolerizados. Paqui Alvarado era la primera en hacer su aparición: «Antes, el autobús dejaba a mi madre en la puerta de su casa en el Polígono San Benito, y ahora no. Tiene que andar y tiene 76 años. Tenían que haber dejado los autobuses donde estaban».

«Mi puesto, vacío»

Tampoco salía contenta Paqui Sánchez, una comerciante de la plaza de Abastos indignada por los cambios en la red de autobuses en su cuarto día de funcionamiento: «Esto es para nada. Se limita a enseñarnos un papelito y a decirnos esto es lo que hay. Con la de padres de familia que se van a quedar en la calle... Y mi puesto está vacío».

Más crítica se mostraba otra ciudadana, a su salida del encuentro, ya que «tengo familia trabajando en el autobús y se va a quedar en la calle, pero el señor Bermúdez me dice que eso no es responsabilidad suya». Otra de sus quejas tenía que ver con que «al autobús me dejaba antes en la puerta de mi barriada y ahora tengo que venir andando al centro, a pesar de que tengo esclerosis».

Por su parte, Antonio Reguera reclamaba que volvieran a poner una parada en el geriátrico que hay en Pie de Rey, pues ahora «personas en silla de ruedas, llueva o haga calor, se tienen que desplazar hasta 150 metros». El arreglo de las rampas para minusválidos de algunos autobuses era otra de las demandas.

No sólo familiares, sino también muchos empleados eventuales de la concesionaria Cojetusa, algunos de los cuales aseguraban haber perdido su puesto de trabajo «sin explicación alguna y tras 10 años de trabajo», se concentraron frente al Consistorio. Igualmente hicieron madres de alumnos del colegio San José La Salle y comerciantes de Porvera, propietarios de puestos de la plaza de Abastos y un largo etcétera. De la multitud que se tornó en revuelta popular al llegar a la calle Caballeros, destacó la gran parte de personas mayores que, además, llevaron la voz cantante durante la protesta.