Valero Rivera quiere dar el primer paso para Londres 2012

Croacia alza hoy el telón del Campeonato del Mundo, cita bianual que esta vez representa un punto de partida para la selección Española, renovada tanto en sus órganos ejecutivos (Juan de Dios Román ha tomado los mandos de la Federación) como en la dirección deportiva (de la mano del ex seleccionador llega Valero Rivera), y en su cuadro de jugadores. Hasta ocho novedades presenta el plantel Español respecto al de los Juegos Olímpicos de Pekín.

Allí se dio carpetazo a la era Pastor, que comenzó como un sueño (campeonato mundial y subcampeonato de Europa en dos años consecutivos), que poco a poco tomó un rumbo errático (séptimos en el Mundial de Alemania y novenos en el pasado Europeo de Noruega) para acabar con el agradable sabor del bronce en la cita olimpica.

Luego llegaron las elecciones a la presidencia de la Federación, en las que Juan de Dios Román arrebató el mando a Jesús López Ricondo. El cambio de jefatura abrió las puertas del banquillo a Valero Rivera, de profesión, coleccionista de títulos. El más laureado de los entrenadores del mundo (70 trofeos en sus vitrinas), el que hiciera casi inabordable al Barcelona de los 90, aceptaba coger las riendas de la selecciónón tras un primer intento frustrado (la dirigió en el Mundial de 1993), y cuatro años retirado de los banquillos.

El entrenador aragonés ha quitado arrugas a una España que afronta un proceso de cocción a fuego lento, y que debería estar en su punto allí en 2012, en Londres. «Mi trabajo está encaminado hacia los Juegos y no al Mundial aunque no renunció a nada, pero si la oferta hubiese sido sólo para el Mundial, no habría aceptado», asegura. Los cromos de Demetrio Lozano, Chema Rodríguez, Ion Belaustegui, David Davis, Raúl Entrerríos han sido cambiados por otros que, sin ser desconocidos (alguno de ellos ha frecuentado los dominios de la selecciónón en diversos amistosos) sí suponen una importante regeneración del combinado nacional.

Los hay que pedían a gritos la llamada del seleccionador, como Carlos Ruesga, central del Portland cuya ausencia se dejó notar en Pekín; y un buen número de meritorios llamados a construir los pilares de una nueva selecciónón: Joan Cañellas (Granollers), y Óscar Perales (Valladolid), a los que también se les ha encomendado la dirección del equipo; los laterales Viran Morros (Ciudad Real) y Víctor Hugo López (Valladolid); el pivote sevillano Juan Andreu (Granollers), y el extremo Cristian Ugalde (Barcelona).

El Barcelona (con siete representantes) es el principal caladero del que ha tirado Rivera, lo que, unido al hecho de que no haya en la lista ningún jugador del Ademar León (reciente campeón de la Copa Asobal), ha levantado las consiguientes suspicacias. En la capital castellana escuece particularmente la no inclusión en la convocatoria de Daniel Sarmiento, uno de los grandes artífices del buen hacer de los leoneses en estos últimos tiempos.

Rivera, con más conchas que un galápago, no se inmuta por estas críticas, ni por las de quienes le reprochan haber confeccionado un plantel con poco músculo defensivo (se ha prescindido de dos muros en el pivote, como Aginagalde o Carlos Prieto, aparte de prescindir de Belaustegui, otro valladar en la retaguardia). Tampoco parece especialmente temible la artillería pesada de esta selecciónón, teniendo en cuenta el mayor peso (literal) de otras primeras líneas, que Iker Romero ha conocido tiempos mejores, y que uno de los laterales, el ?sanantoniano? Cristian Malmagro, ha causado baja de ltima hora por problemas de espalda.

Parece tarea sencilla para España colarse entre los tres primeros de su grupo, que tienen acceso a la segunda fase, aunque resulta más importante que nunca quedar bien colocado, puesto que en esta ocasión se ha eliminado el trance de los cuartos de final, de forma que sólo los dos primeros de cada uno de los dos grupos que conforman la segunda fase acceden a semifinales.