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Bassets dibuja la estrategia de los 'neocons' americanos en 'La oca del señor Bush'
El periodista cargó contra el mandato del presidente en la Asociación de la Prensa «Deja a Obama un legado tóxico», dijo el escritor durante su análisis político
Actualizado: GuardarLluís Bassets no firma «un libro antiamericano», sino que ha escrito «desde la amistad exigente». Y sin embargo, al presidente saliente George W. Bush le debieron de pitar ayer los oídos después del análisis feroz aunque sereno que de su mandato hizo el periodista catalán. El director adjunto de El país llegó hasta la Asociación de la Prensa de Cádiz -dentro del su ciclo La prensa en la calle- para presentar su libro La oca del Señor Bush. Cómo los neocons han destruído el orden internacional desde la Casa Blanca (Península).
El autor del blog Del alfiler al elefante, que definió la periodista Taite Cortés como «un pintor de la corriente del puntillismo» retrató «uno de los periodos más negros de la historia de los EE UU», que «ni siquiera fue culpa de Bush, desde el punto de vista personal, una víctima». Desde su punto de vista, el presidente se convirtió en un candidato que eligió la extrema derecha para poder combinar «el fundamentalismo cristiano de los sarah palin» con el «republicanismo conservador y pragmático» de Bush padre.
Esa es la base del proyecto neocon, que ve su oportunidad de llevarse a la realidad el 11-S cuando el presidente obtiene los poderes que obtuvo, pero que estaba presente «durante toda la Guerra Fría». Gracias a sus más grandes valedores -«Donald Rumsfeld y Dick Cheney»- surge este «programa oculto».
Las condiciones mandan que «el presidente tiene todos los poderes en un estado de una guerra de enemigos, duración y objetivos indeterminados». Además, con la Patriot Act «cae el habeas corpus, se abre Guantánamo, declara que cualquier combatiente enemigo puede ser detenido de manera indefinida, que se pueden utilizar técnicas de tortura en los interrogatorios».
Bassets también demuestracómo es «el propio sistema el que pone coto» a este proyecto con un proceso que culmina con la elección de Barack Obama.
El autor definió su libro como «un ensayo periodístico» siguiendo «un hilo tenebroso de imágenes como las de Abu Ghraib, que fue lo contrario de la estatua de la libertad». El título responde a un juego «en el que siempre se regresa al principio, que se basa en volver a empezar». Así, el periodista aseguró que Bush padece de cierta manera «el mito de Sísifo» y los neocons «ese deseo de robar el fuego de los dioses». «Los revolucionarios de derechas se permiten hacer las cosas que hacían los revolucionarios de izquierdas». En su opinión, han cometido los mismos errores que la izquierda revolucionaria del siglo XX «con los mismos resultados nefastos».
A cañonazos
Recordó también a Irene Khan, presidenta de Amnistía Internacional cuando habló de «el gulag americano de Guantánamo». «No tiene toda la razón, pero si parte cuando se habla de la manera de exportar la democracia a cañonazos, de obligar a elecciones con bayonetas».
A su juicio, la llegada de Obama «no significa pasar página» dado que recibe «un legado tóxico». «Costará mucho deshacer el entuerto». Se le impone la difícil tarea de «desmontar Guantánamo, salir de Irak, ganar la guerra de Afganistan, reconducir la paz en Oriente Próximo y conseguir el equilibro sobre la autocracia zarista de Moscú».
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