JUICIO. Tres de los doce acusados en el proceso, ante el tribunal de la Audiencia. / M. G.
Ciudadanos

El guardia civil que destapó el alijo declara contra los policías acusados

Ayer declaró ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz el agente de la Guardia Civil que destapó en 2002 el alijo de cinco toneladas ocultas en camiones que fueron introducidas por el muelle de Cádiz. Un delito por el que se juzga desde el lunes a doce personas, dos de ellas policías nacionales y un agente del Servicio de Vigilancia Aduanera, que se vieron implicados.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Durante más de cinco horas, tanto la fiscal antidroga como los abogados tomaron declaración a este agente, que se encargaba del control de salida de los camiones en el muelle. Tal 'interrogatorio' se debe a que éste es el único y principal testigo del juicio, sobre cuyos informes se basó casi por completo la investigación. El agente confirmó ayer todo lo que en estos documentos expuso en su día, allá por 2001, aunque reconocía que muchos detalles se les han olvidado ya, después de tanto tiempo.

Dichos informes resultan un diario preciso de cómo se desarrolló el alijo, ya que los escribía periódicamente mientras se hacía pasar por uno de los integrantes de la banda, en la que llegó a meterse por intermediación de los dos policías y el funcionario del SVA. Según la fiscalía, éstos tenían que conseguir un topo en el muelle para que dejase pasar sin problemas el cargamento de droga, oculto en dos camiones.

Ellos, sin embargo, declararon un día antes que contactaron con el guardia civil para todo lo contrario: para investigar el posible alijo, que conocían por un chivatazo.

El agente, en cambio, desmintió ayer esta versión, y los acusó de haberle propuesto incluso «algo de dinero» a cambio de «aligerar» la entrada «de una mercancía» que ellos «sabían que era hachís». Y relató cómo se fue integrando en la banda, hasta ser algo más que un mero peón y forzar un alijo que se retrasaba debido a guerras internas entre los implicados.

Según explicó, «siempre actuó de acuerdo a las órdenes de sus superiores en la Comandancia provincial de Cádiz» e intentó que su implicación en el caso acabase lo antes posible: «Tenía miedo y lo que quería era que se acabara todo aquello», reconoció.

mgarcia@lavozdigital.es