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Andreotti, paradigma del poder maquiavélico, cumple 90 años
El político deja atisbar en su aniversario su archivo personal, armario de esqueletos de Italia
Actualizado: GuardarEl gran superviviente de la política italiana, Giulio Andreotti, paradigma del político maquiavélico, cumple mañana 90 años, 60 de ellos pasados en alguna poltrona. Es parlamentario desde 1948, senador vitalicio desde 1991, y ha sido siete veces primer ministro, además de 26 veces ministro de algo en diez carteras distintas.
Como suele decir, el poder no desgasta sino que desgasta a quien no lo tiene, y él lo ha tenido siempre. Su armario de esqueletos comprende toda la democracia moderna italiana, que es seguramente la más misteriosa de Occidente, y esta semana, como para meter miedo y alimentar el mito, ha dejado ver por primera vez una parte de su archivo personal: 3.500 carpetones repletos de documentos, recortes, fotos, notas y hasta una tableta de chocolate mordisqueada. Andreotti ha ido apuntando todo durante su vida.
Además de estadista, Andreotti ha sido en la misma medida, o más, un hombre al servicio del Vaticano incrustado en las estancias de poder de Italia. Según su compañero de filas, el ex presidente Francesco Cossiga, que le conoce bien, ha sido «el secretario de Estado permanente de la Santa Sede, de Pío XII a Juan Pablo II». De niño ya andaba por los pasillos del Vaticano y el futuro Pablo VI lo eligió como secretario para De Gasperi, el artífice de la Democracia Cristiana. Desde ahí comenzó su ascenso. «Cuando iban a misa, De Gasperi hablaba con Dios y Andreotti, con el cura», dijo Montanelli.
Este sentido vaticano de la diplomacia y las formas curiles, junto a la capacidad conspirativa que se le atribuye, unido al formidable embrollo que es el poder en Italia le convierten en la imagen viviente de la política de su país del último siglo, algo irremediablemente peyorativo.