ESTADO. El abogado de la acusación informó sobre la salud del reo, que padece una ligera gastritis. / C. O.
Jerez

El acusado de secuestrar a su esposa ingiere lejía para eludir el juicio

Antonio G. C. permanece ingresado en el Hospital de Puerto Real, tras haber bebido la sustancia nociva acompañada de agua en la prisión de Puerto II La vista oral, que debía haberse celebrado ayer, quedó aplazada al 10 de marzo

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Antonio G. C. permanece ingresado en el Hospital del SAS de Puerto Real, tras haber ingerido parte de una botella de lejía en la prisión de Puerto II, donde se encontraba recluido de forma provisional a la espera de juicio. Este anciano, acusado de secuestrar a su esposa en el domicilio familiar que ambos compartían en la barriada jerezana de Vistalegre, estaba citado ayer en el Juzgado de lo Penal número 3, donde se iba a celebrar la vista oral.

A raíz del suceso, que se produjo la tarde antes, el juicio quedó suspendido y aplazado hasta el próximo día 10 de marzo, siempre y cuando el reo se encuentre en condiciones favorables para enfrentarse a ello. Así lo explicó a las puertas del juzgado el abogado de la acusación particular, Pedro J. Pérez, informando de que la autoridad judicial competente había mandado al hospital a un médico forense, con el fin de que determinara el alcance de las lesiones de Antonio G. C.

«La verdad es que se teme por su vida -reconoció el letrado-, porque ya tenía patologías previas. Hay que tener en cuenta que se trata de un hombre de 70 años con problemas del corazón, por lo que la fecha próxima de juicio estará a expensas siempre de su estado de salud». Desde Instituciones Penitenciarias, sin embargo, aclararon posteriormente que, pese a las primeras informaciones que aludían a la gravedad del presunto suicida, éste padece simplemente una ligera gastritis producto de haber ingerido el líquido tóxico acompañado de agua.

En el caso de que hubiera bebido sólo lejía, el resultado sería bien distinto. No obstante, los médicos optaron por seguir el protocolo y dejar al paciente en observación durante el día de ayer, para cerciorarse de que no se pudiesen presentar complicaciones. Como ha podido saber este medio, la intoxicación premeditada con algún producto nocivo mezclado con agua es una práctica que se da con cierta frecuencia entre los presos que pretenden eludir o retrasar la celebración del juicio.

En lo que respecta a los familiares del enfermo, que se enteraron de lo ocurrido en el propio juzgado, Pérez aseguró que «se lo han tomado mal, porque ven que se alarga el problema y quieren que se ponga fin cuanto antes. La esposa tiene un doble sentimiento, y también ha dado muestras de hundimiento y dolor».

No influirá en el juicio

Este hecho, no obstante, no influirá en el desarrollo futuro de la vista oral ni supondrá un atenuante a favor del acusado. Como argumentó el letrado de la presunta víctima, la prueba de los informes periciales ya está concluida, por lo que el único requisito indispensable es que el imputado esté presente el día del señalamiento.

Pérez volvió a reiterar la intención de la acusación de solicitar 20 años de prisión para el anciano, por un delito de detención ilegal más otros de amenazas, coacciones y malos tratos habituales (no sólo contra su esposa, sino también contra alguno de sus hijos). La Fiscalía, por su parte, solicitará 15 años de cárcel. En lo que respecta a la defensa, la abogada del acusado, que se mostró muy afectada por lo ocurrido, confirmó que pedirá la libre absolución del mismo.

admontalvo@lavozdigital.es