Los primeros negocios se plantean ya su cierre en Porvera por el carril bus
La agencia de viajes Barceló estudia cambiar de ubicación tras el perjuicio causado, mientras que la farmacia dejará de ser 24 horas como hasta ahora
Actualizado:¿Doble fila sí o doble fila no? Éste parece haberse convertido en el centro del debate de la puesta en marcha del carril bus en la calle Porvera, aunque también se haya perdido unos 15 aparcamientos en el tramo inicial de la vía. Sea como fuere, lo cierto es que la aplicación del Plan de Movilidad, que permitirá a los autobuses dirigirse a la parte noroeste de la ciudad sin dar rodeos, está causando ampollas en los negocios de esta zona de la ciudad.
Estos han visto reducirse su negocio, antes incluso de que hoy comiencen a pasar los primeros autobuses (aunque aparcar en doble fila es misión imposible desde comienzos de la semana pasada), como nunca hubieran pensado, o como los más pesimistas ya habían sospechado.
Un claro ejemplo es la agencia de viajes que hay situada en Porvera, donde su director, David Montero, cuenta los estragos que está causando la medida: «Habrá que ver qué pasa, pero en un año de crisis hemos perdido ya clientes y a pesar de ello esta agencia funcionaba bien por su ubicación, que es un arma de venta importante». Algo que parece destinado a su fin, pues «el que venga por ejemplo a parar un momento para recoger un catálogo; el cliente al que se le da la tarjeta para contactar después. Ése lo perdemos», afirmó tajante.
Recordó Montero que Porvera es una calle con mucho movimiento, pero ahora va a dejar de serlo, por lo que «si vemos que nos va mal, no tendremos más remedio que cerrar aquí y trasladarnos». Y es que, «como si no tuviéramos poco, nos complican la vida», algo que expresa el sentir general de más de 30 comercios en toda la calle.
Poti-Poti
Es el caso de la tortillería Poti-Poti, donde su dueña, María del Carmen Bernal, asegura que «nos está perjudicando ya muchísimo, ya que la gente que nos llama por teléfono para hacer un pedido y viene a recogerlo, no puede ni parar. Y eso que la doble fila no molestaba mucho a nadie».
En definitiva, afirma Bernal, «esto ha dejado la calle muerta, porque la doble fila era nuestra vida».
Suma y sigue. Los bares son otros de los grandes perjudicados. A modo de ejemplo, el representante de uno de ellos comentaba en una reunión con el Ayuntamiento que ha pasado un viernes «de vender tres docenas de langostinos a la plancha a hacer 33 euros de caja otro».
Pero si hay un negocio afectado por el carril bus, ése es la farmacia, que ya ha anunciado que dejará de funcionar 24 horas como venía haciendo hasta ahora. También que la mitad del personal (unos seis o siete de los entre doce y catorce trabajadores que tiene ahora) irá a la calle. Ello es debido a la menor afluencia de personas y a la caída de las ventas que ha registrado.
Tampoco está contenta la dueña de la tienda de calzado, ni la de la joyería, ni el propietario del bazar, ni los responsables de la tienda de videojuegos de la calle Porvera. Por citar algunos solamente algunos negocios.
En total, la plataforma que está en proceso de constitución asegura que se perderán entre 30 y 40 empleos.
Especialmente perjudicados resultan también los padres de los niños matriculados en el colegio San José La Salle, a quienes el delegado de Movilidad, Juan Manuel García Bermúdez, ha propuesto una solución que no les satisface demasiado: salir por la puerta trasera del colegio, situada en la plaza de Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Cena.
El director del centro dice que han rechazado la medida, ya que han valorado los colapsos que se originarían para salir otra vez de allí en coche.
eesteban@lavozdigital.es