DOLIDO. Forlán se queja de un golpe en una acción del juego. / EFE
MÁS FÚTBOL

El Atlético continúa en coma

Llorente hace doblete y propicia el desastre de los de Javier Aguirre, cuya destitución fue reclamada de nuevo por la grada del Calderón La derrota deja a los rojiblancos a cuatro puntos de la zona 'Champions'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Atlético de Madrid ansiaba un poco de tranquilidad para enderezar un rumbo errante y se encontró con un castigo enorme y un nuevo varapalo a la ya menguada credibilidad de Javier Aguirre. Su verdugo fue un Athletic crecido y aupado a los hombros de Fernando Llorente, pura dinamita y verdadero baluarte del conjunto bilbaíno.

A pesar de que los de Aguirre se adelantaron con un tiro lejano de Antonio López, desviado involuntariamente por un defensa, acabaron siendo absorbidos por la insistencia del Athletic .

Los primeros minutos, de dominio atlético, no ocultaron el principal hándicap de los madrileños: la esclerosis que les impide mover el balón con fluidez e inteligencia. Los errores de Ujfalusi, Seitaridis y Domínguez dieron alas a los vizcaínos, que en el descuento de la primera mitad encontraron el gol del empate con un zapatazo de Koikili.

El tanto y el descanso terminaron por desconectar al Atlético del partido. Si ya había comenzado a sufrir con la presión arriba de los de Caparrós, el suplicio se multiplicó con la aparición de Fernando Llorente. En compañía de Ion Vélez y bajo la batuta de Javi Martínez y Orbáiz, los visitantes comenzaron a destilar su mejor juego. El delantero riojano se aprovechó de otro grave fallo de Ujfalusi para adelantar a su equipo. El recién incorporado Gabilondo demostró, además, la lentitud de la zaga atlética y se escapó por la banda izquierda para servir a Fernando Llorente, que remachó solo ante Leo Franco. El tercer gol supuso el enfado del público, que acabó pidiendo de nuevo el despido de Aguirre, y la debacle final de los colchoneros.

Maniche, con una patada de kárate en el centro del campo, mostró la frustración de un equipo que este nuevo año encadena tres derrotas consecutiva.

El resultado, ya inapelable, fue maquillado por Forlán en tiempo de descuento.