Amor y 'reality' en Medina
El ganadero del Cortijo Los Monteros y la Venta El Soldado Carlos Ruiz participa en el concurso 'Granjero busca esposa' que se estrena esta noche en Cuatro
Actualizado: GuardarCarlos Ruiz había tenido sus «rollitos» en Medina, pero quiso probar «algo nuevo» cuando vio un anuncio en prensa. Granjero busca esposa. Ese era él. Sus amigos el Mino y El Legutín llamaron a la productora y le dieron el empuje necesario para que el encargado del ganado y miembro de la familia propietaria de la Venta El Soldado y el Cortijo Los Monteros se atreviese a buscar novia en un reality. La experiencia se podrá ver desde esta noche en Cuatro en horario de máxima audiencia (22.15).
Tanto él como otros cinco compañeros de oficio, de distintos puntos de España, han participado en Granjero busca esposa, un formato que triunfa internacionalmente. El programa tiene como fin encontrar pareja a hombres que viven en el mundo rural -un entorno poco reflejado en la televisión, más centrada en el mundo urbano-, a la vez que entretener al espectador. Si consiguieron su fin se sabrá en el desenlace de los diez programas grabados en los que se verán situaciones chocantes, curiosas y divertidas.
Luján Argüelles, la presentadora del concurso Password, es la conductora de este espacio que nació en el Reino Unido y ha triunfado en países como Holanda, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Austria o Francia. La productora, Grundy, ha dado la oportunidad a este grupo de granjeros de encontrar el amor entre mujeres que están dispuestas a cambiar su vida. Han llovido las candidatas. Se recibieron miles de cartas de aspirantes entre las que se fue haciendo un descarte para seleccionar a sesenta. Ellos eligieron entre diez perfiles, procedieron después a cinco citas y, siguiendo con la criba, convivieron durante un tiempo en sus fincas con las dos mujeres que más les convencieron, juntas con ellos durante diez días para ver si la llamada de Cupido se producía.
En los primeros programas se verán las citas, los tanteos, los malentendidos, algunas caídas de caballo, mujeres urbanitas limpiando cuadras o podando vides.
Carlos Ruiz -35 años- dice que se ha divertido mucho con la experiencia. «Pero si hay una siguiente edición, recomiendo a las candidatas que manden fotos más actualizadas porque algunas de las que vi eran casi de la primera comunión, cuando ellas tenían buen tipo. Me decepcioné con alguna, y con las que escogí lo pasé bien», dice Ruiz, que estuvo asesorado en esta tarea de buscar pareja por su hermana Encina.
El ganadero asegura que no es tuviese «falto de mujeres», sino que buscaba su «media naranja». Por eso, amigos mediante, no dudó en presentarse en el programa porque, pese a la amenaza de los comentarios en toda La Janda, no le dan miedo las cámaras. Ruiz no puede decir nada de lo que se verá en televisión, pero adelanta que «volvería a repetir» y que vivir con las dos mujeres en el cortijo ha sido una muy buena experiencia. «Yo buscaba una mujer de ciudad a la que le gustara el campo porque los animales y la naturaleza son toda mi vida. Yo no podría vivir fuera de aquí», declaraba ayer. «Ha habido cosas muy importantes y muy bonitas», aseguraba.
Gente del siglo XXI
Aitor Aurrekoetxea, ganadero y agricultor de 30 años que vive en Mungía (Vizcaya), tenía miedo de que la televisión le retratase como una persona «paleta», de la imagen que se pueda tener de su profesión porque, como advierte, «somos gente del siglo XXI». Pero ha quedado satisfecho de la experiencia de convivir durante más de tres meses con las cámaras y con las candidatas a convertirse en su mujer.
Para Aitor, el trabajo es necesidad más que vocación. Pero lo cierto es que él llegó a la agricultura por elección ya que es hijo de padre funcionario y madre ama de casa y no existía en su familia tradición campestre. Estudió Técnico Agrícola y se montó su empresa. «Cuando me presenté al casting les dije que tenía claro que debía de dar la imagen real de los granjeros. Este programa nos ha dado la oportunidad de conocer a mujeres, pero también de mostrar nuestro entorno, de comprobar que tenemos buenas instalaciones, que somos empresarios del mundo rural, que cuidamos del tema sanitario y del medio ambiente», sostiene.
¿Es más difícil encontrar una compañera de viaje en el mundo rural? El ganadero vasco señala que es más complicado, «porque hay ambientes en los que no estás, aunque sea por elección, porque he decidido este tipo de vida. Me gusta la vida en el campo, respirar naturaleza y estar con los animales», matiza. ¿Y las chicas buscaban pareja o notoriedad? Tanto Aitor como el resto de sus compañeros de programa dicen que se verá de todo.
El sexteto lo completan Nides Riesco, de 45 años, que vive en El Pego (Zamora) y es viticultor, además de alcalde de su pueblo; José Guillaumet, de 40 años, residente en Montoliu (Lleida) y agricultor de plantaciones de fruta dulce; y David Escurt, el más joven, de 26 años, natural de la localidad ilerdense de Llesui, pastor de cabras y ovejas. La televisión les ha llevado otra caravana de mujeres acorde a los nuevos tiempos, entre las que no han faltado, como hace más de veintitrés años en Plan (Huesca), alguna aventurera.