Indefensión intolerable
El amotinamiento en Barajas de los pasajeros de tres vuelos de Iberia a Buenos Aires, Montevideo y Lima, exasperados ante los prolongados retrasos y la desinformación que los mantenía en tierra tras el caos en que quedó sumido el aeropuerto la víspera por la nevada, constituyó ayer el reflejo extremo del nerviosismo que se adueñó con el paso de las horas de miles de viajeros sometidos a situaciones de indefensión intolerables. La renuencia de las compañías aéreas a conducirse con la exigible transparencia ante circunstancias adversas y la propia sofisticación de los aeródromos, espacios muchas veces deshumanizados donde se hace más patente la vulnerabilidad de los ciudadanos que los transitan a diario, han acabado por agravar los problemas que se registran de forma recurrente, hasta convertirlos en aparentemente irresolubles cuando se producen dificultades como las derivadas del cierre de cinco horas sufrido por Barajas el viernes. La reacción de los responsables de Fomento ya había resultado claramente insuficiente para aclarar por qué el cuarto aeropuerto de Europa quedó colapsado por unas inclemencias habituales en invierno en la propia Comunidad de Madrid. Pero la tardanza en normalizar las operaciones, con una meteorología mucho más benéfica, y la comprensible indignación de todos aquellos pasajeros atrapados durante horas de incertidumbre y nervios en las terminales, con embarques frustrados y recibiendo vagas indicaciones de Aena y de sus respectivas compañías, interpela a Magdalena Álvarez para ofrecer las explicaciones hurtadas ayer y poner los medios a fin de evitar que semejante parálisis se repita.
Actualizado: GuardarUn colapso que resulta aún más inaceptable ante las sospechas de que el mismo se ha visto intensificado por la huelga de celo encubierta que mantienen los pilotos de Iberia, que ha cancelado 550 vuelos en los dos últimos días; entre ellos, los tres con destino a Latinoamérica, en los que los comandantes se negaron a despegar o se ausentaron tras los retrasos por la nevada. La gravedad de los trastornos que han tenido que afrontar los usuarios de Barajas requieren una investigación que esclarezca si se han producido comportamientos irregulares de miembros de su personal que si ya resultaban reprobables hasta la fecha, serían merecedores de actuaciones legales más severas en el supuesto de que hayan aprovechado el caos provocado por el temporal para recrudecer las consecuencias de sus reivindicaciones.