Secretos de dos 'matrimonios'
Roberto -es nombre ficticio- es chileno, tiene 26 años y vive en Bilbao. Desde hace tiempo busca una chica española para casarse con ella. Su propósito no es enamorarse y fundar una familia sino algo mucho más prosaico: «quiero regular mi situación aquí y conseguir papeles». Para ello solicita abiertamente un 'matrimonio de conveniencia' en anuncios privados. Espera poder llegar a un acuerdo económico con la mujer interesada: él le dará dinero a cambio de la boda. ¿Y después? «Yo no quiero nada mas, ni sexo, ni convivir», explica por teléfono brevemente mientras espera que se pongan en contacto con él. Sabe bien que si alguien se presta a la farsa será el método más rápido para conseguir el permiso de residencia en España.
Actualizado: GuardarMaría Escubelles nació en Barcelona y tiene 25 años. En un correo electrónico explica por qué ha decidido ofrecerse para un matrimonio de conveniencia. «Tengo unas deudas que pagar cada mes y trabajando en cualquier trabajo normal no puedo pagarlas». María no tiene pareja ni padres que puedan mantenerla y, agobiada, afirma que se le ocurrió lo de los matrimonios como «la única manera decente de conseguir el dinero». Sin embargo, su idea es más original: tiene pensado convivir con quien acepte y así poder compartir la cuota de alquiler. Como 'marido' y 'mujer', él consigue los papeles y ella reducir sus gastos. Todo un contrato matrimonial. Quizá porque se ha planteado verle todos los días y, al menos formalmente, tener algún tipo de relación, tiene también sus manías y preferencias a la hora de elegir. No quiere ciudadanos de Marruecos ni ucranianos; prefiere los sudamericanos y, si puede ser, argentinos. Reconoce que le da un poco de miedo tener que vivir con una persona que no conoce de nada, pero se despide con un saludo diciendo: «Es lo que hay. No me queda mucho más. Qué voy a hacer. No he tenido suerte en la vida».
