DESESPERADOS. Varios desempleados buscan trabajo en una oficina del paro en Oakland, California. / AFP
Economia

Récord de paro en Estados Unidos

En 2008 se destruyeron 2,6 millones de puestos de trabajo, la mayor cantidad desde 1945

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Se esperaban datos malos, pero los conocidos ayer superaron los más pesimistas. Con 524.000 nuevos parados en diciembre, y la cifra de noviembre revisada al alza, EE UU ha cerrado el año con la mayor subida del desempleo que se haya visto desde el final de la II Guerra Mundial.

Sólo entonces, cuando las fábricas que alimentaban la maquinaria de guerra dejaron de producir aviones y armamento a todo gas, se quedó de golpe tanta gente en la calle. La tasa del 7,2% de EE UU impresiona poco en España, donde se ha pasado del 8,6% al 13,4% con el mayor repunte de la UE, pero en la meca del capitalismo es la más alta de los últimos 16 años.

Fue Bill Clinton quien se encontró con aquel papelón que le dejó Bush padre. Tras sus ocho años de gobierno, entregó el país a Bush hijo con un 4,2% en 2001, y éste ahora pasará el testigo a Barack Obama con una vuelta a los números del pasado.

Los tres millones de empleos que ha prometido generar Obama con su plan de estímulo económico harán poco más que cubrir las pérdidas de este año, que a falta de la revisión de diciembre, se cifran ya en 2,5 millones de nuevos parados. «Es un recordatorio desolador de lo urgente que es la acción que tenemos que tomar», dijo el presidente electo al conocer las cifras; «claramente, la situación es grave y en deterioro».

Recorte de plantilla

No es sólo la construcción lo que ha disparado el paro, pese a haber dejado a 101.000 personas en la calle, sino que todos los sectores, excepto la educación y la salud, se han apuntado a la crisis. Wall Street, siempre insensible al sufrimiento de la calle, aplaudió los recortes de plantilla con una subida inicial, pero a lo largo de la jornada comprendió que la crisis durará más de lo previsto y cerró a la baja.

A esta preocupación se sumó también la resistencia que empieza a encontrar el presidente electo Obama dentro de su propio partido para sacar adelante el plan de estímulo económico con el que piensa atajar la crisis. «Unos creen que es demasiado y otros que es poco», reconoció Obama, que ha mandado a su equipo a Washington a negociar con el Congreso. «En las próximas semanas escucharemos las ideas de todos, pero lo que no podemos hacer es retrasar (su aprobación) y arrastrarlo indefinidamente cuando acabamos de ver pérdidas de medio millón de empleos al mes».

El presidente demócrata espera inyectar a la economía unos 800.000 millones de dólares. Bush le dejará la otra mitad de los 700.000 aprobados de urgencia en octubre para rescatar al sector bancario, y que, según un informe hecho público ayer, no ha sido bien manejado. La comisión legislativa que lo ha elaborado critica al Departamento del Tesoro por su falta de transparencia y le acusa de no haber cumplido el mandato de destinar parte a paliar los embargos de viviendas. Por eso, pide más controles para entregar el dinero restante que necesitará Obama.