Multa al compromiso

e llevo dando vueltas al asunto del más que absurdo castigo a Kanouté y no llego a ninguna acertada solución, así es que igual que el sevillista, acato la sanción por muy exagerada e injusta que nos pueda parecer. Ni qué decir tiene que yo la acato sin ningún tipo de problema porque, entre otras cosas, no la pago. De todos modos al maliense tampoco creo que le vaya a suponer un desembolso muy grande si tenemos en cuenta su salario y si tenemos en cuenta que sabía a lo que se exponía. Es una auténtica chorrada, en eso creo que hay unanimidad a excepción de los miembros del Comité, multar simplemente por quitarse la camiseta. No creo que enseñar el torso incite a la violencia. Sin embargo, mostrar una leyenda, ya no se ve desde el mismo prisma. Yo lo entiendo como un ejercicio de libertad de expresión y ahí es donde surge el problema, justo cuando nos preguntamos por el límite de dicha libertad. El día que Sergio Ramos, al marcar un gol, mostró sobre su pecho la dedicatoria a su amigo Antonio Puerta, le cayó una tarjeta que posteriormente le fue retirada al considerar que se trataba de una situación excepcional, ya que la persona aludida era como un hermano para el madridista. Podríamos decir lo mismo en el caso de Kanouté que se ha solidarizado con un pueblo que ya ha perdido a 500 «hermanos» por culpa de unas miserables bombas vecinas. Incluso hasta el propio embajador de Israel ha comentado que el gesto en cuestión no puede considerarse que incite a la violencia. Una vez más nos encontramos ante un nuevo caso de agravio comparativo: si el ridículo reglamento ordena que se aplique un castigo, tendrá que ser para todos sin distinción de colores, ideologías o mensajes. Me da rabia que para un futbolista comprometido que tenemos, le impidamos que se convierta en un modelo a seguir.