Cabalgada de Reyes

Todo el mundo ha comentado que ha sido un visto no visto, menos mal que Onda Cádiz la va a dar en diferido. La sensación era la misma que cuando uno se distrae en el Carranza, en ese momento el Cádiz mete un gol y surge la pregunta -¿de quién ha sido?-. No bien estaba empezando el personal a doblar el espinazo para recoger los caramelos repartidos desde la primera carroza, y no había llegado todavía a tocar el suelo, cuando ya estaba encima la tercera, de modo que al terminar de erguirse de la primera levantá de caramelos, había pasado la mitad de la cabalgata. Dos levantás más y ya estaba el operativo de limpieza barriéndote los pies. No había terminado uno de atender, in situ, los lamentos de la chiquillería propia sobre el fulgurante paso de las carrozas y ya había que dar un salto para esquivar el chorro del camión del agua.

La cosa ha sido tan espectacular, que a poco que haya habido necesidad de ir al aseo, se ha quedado sin cabalgata. A lo mejor todo se debe a una medida de seguridad sugerida por el Servicio Secreto real, para evitar que sus majestades se convirtieran en blanco fácil de los caramelos, que ya se sabe que en Cádiz son -como los cantes- de ida y vuelta, porque es doctrina consolidada que un objetivo en movimiento es mucho mas difícil de abatir, pues parece que este año existían rumores de ciertas ganas a alguno de los sorprendentes Reyes Magos, y no todo el mundo tiene la impresionante habilidad de Bush para esquivar proyectiles.

Pero también hay que reconocer que buena parte de culpa de que no hayamos visto la cabalgata la han tenido las bolsas repartidas por cortesía de La Voz, pues del mismo modo que el video mató a la estrella de la radio, la bolsa recoge caramelos ha acabado con el paraguas abierto al revés. Es una pena que una costumbre tan inigualablemente gaditana, síntesis genial del «mejó pa mi que pa ti», como la del paraguas del revés como imbatible artefacto recolector, que permitía simultanear el disfrute de las carrozas con la recogida de los caramelos, perezca por mor de la globalización en materia de recolección de caramelos. Para el próximo año sugiero que LA VOZ reparta paraguas que se abran del revés.

Finalmente, ha sido muy comentada la mejoría en los caramelos, circunstancia que habrá que agradecer a los celiacos, porque aunque el ruido que producían al impactar sobre los contenedores de basura daba mucho respeto a la hora de aventurarse a poner la bolsa y la carita, al menos se podían comer sin riesgo a una endodoncia segura, porque años anteriores, entre la rotura de algún diente causada por la poca prudencia al darles el primer mordisco y la caída de algún empaste, lo de los caramelos de Reyes salía por un pico.