Zapatero pondrá cifras al modelo de financiación la próxima semana
Espera cerrar el acuerdo con todas las regiones a principios de febrero
Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero recibió ayer en el confesionario autonómico de La Moncloa a los presidentes de Cantabria, La Rioja y Canarias para seguir la ronda sobre financiación. Los tres, como hicieron sus predecesores, salieron de sus entrevistas con la sensación de que una cosa es la música, es decir, los criterios, que para la mayoría no suena mal; y otra, la letra, léase los números, que se desconoce. Una incertidumbre que acabará la próxima semana, pues sólo entonces el Gobierno entregará a las comunidades las cifras de lo que corresponde a cada una.
La hora de la verdad (la de las calculadoras) de la financiación de las comunidades llegará la próxima semana, con las cifras y criterios de reparto sobre la mesa. Una vez que el Gobierno descubra sus cartas, llegará el turno de las citas bilaterales de los 15 consejeros de Economía con Pedro Solbes. Será el momento de cerrar un endemoniado 'sudoku' financiero. El Gobierno es, con todo, optimista y espera alcanzar un acuerdo a principios de febrero, y convocar el Consejo de Política Fiscal que sellará el compromiso final.
La pretensión del Ejecutivo no es hacer una financiación a la carta para cada comunidad, pero aspira que el reparto del dinero atienda a las especificidades de cada territorio en lo que se refiere a aumento de población sobre todo, pero sin olvidar, por ejemplo, la dispersión de ésta o su envejecimiento. Se trata, según fuentes gubernamentales, de igualar en lo posible la financiación por habitante, ya que con el sistema vigente, Madrid, Cataluña y Baleares, las tres comunidades que más recaudan, tienen una financiación por habitante por debajo de Galicia, Extremadura, Andalucía o Castilla-La Mancha, que tienen unos ingresos propios inferiores.
Zapatero, entretanto, prosiguió con sus reuniones y en la sexta jornada se repitió el libreto: para unos, la botella está medio llena, y para otros, medio vacía. El regionalista cántabro Miguel Ángel Revilla, que gobierna con los socialistas, salió «tranquilo» del encuentro «positivo» con el presidente del Gobierno. El riojano y popular Pedro Sanz, en cambio, se mostró «incrédulo» por la «inconcreción» de la charla. El nacionalista canario Paulino Rivero, que tiene al PP como socio en las islas, se desmarcó de su aliado y mostró su satisfacción porque la negociación va «por buen camino».
El presidente de Cantabria, que como siempre llegó a la cita en taxi, regaló anchoas y el dibujo de un urogallo a su anfitrión. Además, confirmó que el objetivo gubernamental es «reducir las diferencias de financiación per cápita», pero reconoció que peleará para que su comunidad, con el 1,37% de la población, mantenga el 1,62% de la financiación que recibe ahora. Justificó esa relación favorable porque Cantabria tiene unos costes muy altos para la prestación de servicios por su orografía y la dispersión de la población.
Efecto frontera
El jefe del Ejecutivo riojano coincidió con su homólogo cántabro en que la población no puede ser el único criterio de distribución de recursos en la financiación. En su caso, reclamó tener en cuenta «el efecto frontera» con Euskadi y Navarra, comunidades que gracias a su régimen fiscal foral bajan los impuestos a la medida de sus necesidades y perjudican a la economía de su comunidad.
Pero más allá de su reivindicación, Sanz se encastilló en un discurso ajustado a la ortodoxia del PP. «Hoy -aseguró- no firmaría el modelo» que ofrece el Gobierno porque no hay nada concreto salvo «buenas palabras». Reconoció además que su mayor preocupación no es «lo que me corresponde (recibir) a mí (La Rioja)» sino «lo que se llevan los demás».
Sanz consideró que Cataluña recibe un trato preferente. «Esta agenda» de entrevistas en la Moncloa, denunció, «la ha marcado el tripartito (catalán)», es «una escenificación para que la bilateralidad (entre Cataluña y el Estado) quede difuminada por un barniz de multilateralidad». Un planteamiento que debió de satisfacer a Mariano Rajoy, quien hoy se reunirá con los presidentes autonómicos de su partido. El líder opositor señaló que lo adecuado hubiera sido mantener el modelo de 2001 y hacer los ajustes necesarios por los aumentos de población.
El canario Rivero, a su vez, fue el más optimista de los tres visitantes de la Moncloa de ayer. Consideró que se va «progresando adecuadamente» en la negociación y, si bien «falta poner muchos puntos sobre las íes», las bases «están bien asentadas» a falta del trabajo que corresponde a los técnicos del Gobierno y las autonomías.