MANIFESTACIÓN. Aznar, San Gil y Rajoy, en marzo de 2007. / AP
ESPAÑA

Aznar recupera a María San Gil para su fundación

La ex dirigente popular abandonó la política activa la pasada primavera por sus diferencias con la nueva línea de Rajoy

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El ex jefe del Gobierno José María Aznar ha fichado para su fundación, la FAES, a la ex presidenta del PP en el País Vasco María San Gil, quien la pasada primavera abandonó la vida política por diferencias con la línea oficial del partido de Mariano Rajoy. La decisión de Aznar de incorporar a San Gil a la «red de colaboradores» de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales ahonda en el cisma abierto desde hace meses entre el actual líder de la oposición y los sectores más conservadores de la formación, que se sitúan en el entorno más cercano de Aznar.

El debut de San Gil, que no será parte del equipo ni del staff de la FAES, será inmediato. El próximo 12 de enero participará en un encuentro en Santiago de Chile con 60 jóvenes políticos conservadores latinoamericanos organizado por la FAES, la Universidad de Georgetown (de la que es profesor Aznar) y la Universidad Católica de Chile. En esa reunión, la política vasca será contertulia en una mesa redonda sobre terrorismo. El ex presidente del Gobierno también tomará parte en esas jornadas con una conferencia sobre la situación política en Latinoamérica.

El anuncio del fichaje de San Gil se produce sólo 48 horas después de que Mariano Rajoy rechazara las presiones de los sectores más progresistas de su partido y designara al ex ministro de Aznar Jaime Mayor Oreja, el gran valedor de María San Gil, como cabeza de lista a las elecciones europeas del próximo mes de junio, una cita que el PP considera crucial y en la que espera batir al PSOE en la que sería la primera gran victoria popular desde que Rajoy encabeza el partido.

Terremoto político

La decisión del líder del PP se había interpretado entre los militantes y dirigentes como un gesto de aproximación a los más duros de la formación. Sin embargo, el guiño no ha tenido respuesta por parte de Aznar, quien ha vuelto a sacar a la palestra a la dirigente política que provocó la mayor crisis interna de la era Rajoy, justo antes del XVI Congreso Nacional de Valencia en junio, diseñado para consolidar el liderazgo del nuevo presidente. En ese cónclave, José María Aznar ya dejó clara la distancia que le separaba de Rajoy y su cercanía con los planteamientos de la ex presidenta.

San Gil provocó un terremoto político en el seno del PP al anunciar en mayo su retirada de la primera línea del partido por sus diferencias con sus compañeros, particularmente con Alicia Sánchez Camacho y José Manuel Soria, a la hora de redactar la ponencia política que se debía aprobar en el congreso de la capital valenciana. La política vasca acusó a la nueva dirección de no enfrentarse con suficiente fuerza a los «nacionalistas para evitar que sigan avanzando en la autodeterminación». La todavía número 1 del País Vasco, en sendas cartas hechas públicas en vísperas del congreso, apuntó directamente a Rajoy, del que dijo que «desconfiaba» por su negativa a hacer una «oposición frontal» al Gobierno de Rodríguez Zapatero y a su condescendencia con los nacionalistas.

La renuncia de San Gil abrió la espita para que los más duros del PP arremetieran sin ambages contra Rajoy. Esperanza Aguirre, tras el incendio provocado por la salida de la presidenta de los populares de Euskadi, afirmó que en la dirección del partido «se están haciendo las cosas no mal, sino muy mal». El propio Aznar dijo por entonces sentirse «profundamente disgustado» por la deriva de los acontecimientos en su partido.

El abandono de la presidenta del PP vasco arrastró además a José Antonio Ortega Lara. El ex funcionario de prisiones y víctima de ETA, tras la renuncia de San Gil, anunció que se daba de baja en el partido en el que llevaba militando 21 años. Durante semanas, el equipo de Rajoy tuvo que trabajar contrarreloj, incluidas sustituciones en Guipúzcoa de los fieles a la ex presidenta, para cerrar la crisis abierta por la inopinada salida de San Gil, quien abandonó la presidencia del PP vasco en julio y renunció a su escaño en el Parlamento de Vitoria en septiembre.

Finalmente, Antonio Basagoiti tomó el relevo a la cabeza de los populares de Euskadi con un 82% de los votos. Basagoiti tomó las riendas plenamente integrado, junto a Alfonso Alonso, portavoz adjunto el Congreso, en la nueva línea marcada por Rajoy tras el cónclave de Valencia. Basagoiti esta misma semana, tras el anuncio de la designación de Mayor Oreja, reivindicó la autonomía de la organización que dirige frente a derivas de otros sectores, en clara alusión al ex ministro integrado en el sector que lideró la propia San Gil.